Siempre hubo labor educativa impulsada por la gente de bien

Es dentro de las empresas del país donde egresados y graduados de universidades pasan de los conocimientos de aula a poner los pies en la tierra y convertirse en profesionales de verdad, muchos de los cuales luego se van al exterior.

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2017-05-30 9:04:57

Educar a la población ha sido siempre una aspiración y propósito de las clases altas en nuestro país, entendiéndose como tales grupos de mayores ingresos y cultura, que a la vez se ocupaban de obras caritativas o tomaban jóvenes para criarlos como “hijos de casa”.

Es falsa la noción, como se expuso por un colaborador nuestro hace un tiempo, de que la enseñanza se veía como un esquema para formar “mano de obra” de bajo nivel, autómatas como los concibe el marxismo y son los obreros sin vida propia, como los caricaturiza Charles Chaplin en la cinta “Tiempos Modernos”, con la gente aprisionada en líneas de montaje siendo alimentados por robots.

El objetivo no declarado entonces y ahora es formar gente con iniciativa, conocimientos y sentido de responsabilidad, que se sume al esfuerzo general de crear riqueza en las innumerables cadenas de producción, todas entrelazadas entre sí.

Son los comunistas y los movimientos de fanáticos los que en lugar de educar indoctrinan, formando el hombre sin iniciativa propia, obediente a la voluntad de sus capataces.

Es el hombre masa al estilo de los seres condicionados de la novela de Huxley, “Brave New World”, donde la humanidad está estratificada en clases, desde los pocos dirigentes hasta los “ipsilones”, los que carecen de voluntad propia y se mueven de acuerdo a lo que les han sellado: el ascensorista solo tiene dos aspiraciones: cuando está arriba del trayecto quiere bajar; cuando está abajo quiere subir.

“Brave New World” y “1984” retratan lo que uno de los que capitanean al partido oficial dijo en una ocasión: a los camaradas que comienzan a desviarse y a pensar por su cuenta los someten a renovados lavados del coco.

La sociedad salvadoreña nunca estuvo dividida en “nosotros y ellos”, sino que hasta en las peores dictaduras como la de los Ezeta y Hernández Martínez, la sociedad seguía pensando y haciendo lo suyo, y entre sus múltiples afanes, estuvo educar.

Universidad sólo había una, pero muy buena dentro de las posibilidades del país, al punto que en ella se educaba lo mejor de los médicos costarricenses, como destacados profesionales salvadoreños y de otros países.

El nivel previo, llegar al bachillerato, se realizaba en el Instituto Nacional, bajo régimen semimilitar en una época, o colegios privados como el Liceo Francés en el siglo pasado, colegios confesionales y colegios privados como el García Flamenco, que mantiene su muy buena labor hasta el presente.

En las empresas se capacitan
los graduados universitarios

La enseñanza formal se complementa con lo que hacen muchas asociaciones para enseñar múltiples artes y oficios, a lo que se suman escuelas parroquiales y asociaciones benéficas.

Dentro de las empresas hay mucha capacitación, becas internas, viajes al exterior para especializar técnicos y gerentes, seminarios…

Y es dentro de las empresas del país donde egresados y graduados de universidades pasan de los conocimientos de aula a poner los pies en la tierra y convertirse en profesionales de verdad, muchos de los cuales luego se van al exterior.

Y en esto hay que recordar la gran labor que hizo en su momento la Texas Instruments, que fue un almácigo de ingenieros y técnicos en distintas especialidades hasta que tuvieron que cerrar por la guerra y la anarquía en los años 80.