Cifras maquilladas que las realidades desmienten

Viera Altamirano decía que cada niño que nace trae su pan bajo el brazo, pero si hay quienes le despojan de lo suyo y además los abruman con exigencias y regulaciones, esos panes se pierden, no se suman al patrimonio general.

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2017-05-24 9:23:20

ANEP discrepa de las cifras sobre empleo dadas a conocer por el Banco Central que son contrarias a lo que se conoce y sufre en nuestro país desde que se asentó la extrema izquierda en el poder: es crecientemente difícil conseguir trabajo, al punto que de cada diez jóvenes o personas en edad laborable, solamente tres tienen ocupación en el sector formal.

La “buena noticia” en esto es que el grupo en el poder, o algunos de sus miembros, digamos los que no han perdido la capacidad de pensar objetivamente, se dan cuenta de que si en un país menos y menos gente tiene empleo, la economía andará mal, como de hecho está sucediendo.

Una anécdota fantasiosa cuenta de un hombre que muere y se encuentra en la otra vida en una mansión donde un valet le dice que está para satisfacer sus gustos.

Pasan semanas donde al hombre se refocila con todos los placeres imaginables, hasta que un día le pide al valet “algo que hacer”, un trabajo.

–Imposible, señor, es lo único que no puedo darle.

–¡Entonces prefiero irme al infierno!

–¿Y dónde cree el señor que se encuentra?

Para la mayoría de personas en este país, donde la gente nace con espíritu de trabajador, estar desocupado es una gran desgracia, además de ser la ruta que lleva a vicios y a perder el alma.

El partido oficial tiene su muy particular política de empleo, consistente en dar a sus miembros empleos artificiales o quitados a otros y asignarse grandes salarios. El último incidente es de un despido de funcionarios sobre quienes la Sala de lo Contencioso ordenó que fueran restituidos pero que la entidad rehúsa hacer, como se ha dado en múltiples dependencias estatales, donde echan personas capacitadas para meter parentelas y amigatelas.

Y no devuelven esos puestos usurpados por cumplir el sacro principio revolucionario de “lo robado, robado queda”, como el caso del maleante que se fugó a Nicaragua.

El país le está fallando a sus niños,
despojándolos de su futuro…

Que hay carestía aguda de empleo lo demuestran las largas filas de jóvenes y adultos cuando se solicita personal, en su mayoría personas de buen aspecto, disciplinados para ser contratados o para no serlo.

En tal sentido el país le ha fallado a sus hijos al dejarlos a una mayoría sin futuro, en parte porque los ahora más creciditos se dejaron embaucar por charlatanes, por traficantes de ilusiones.

Recuérdese a los pobres médicos que montaron marchas blancas para que Salud Pública cayera en manos de incapaces sin ninguna vergüenza, que ahora los persiguen.

Rescatar a El Salvador es tarea ardua reservada a las personas de bien con cabezas claras. Y el tiempo corre a medida que a los de la extrema izquierda se les desintegra el Frankenstein que parieron.

Viera Altamirano decía que cada niño que nace trae su pan bajo el brazo, pero si hay quienes le despojan de lo suyo y además los abruman con exigencias y regulaciones, esos panes se pierden, no se suman al patrimonio general.

Los niños nacen “con su pan bajo el brazo” que es su inventiva, su gana de hacer cosas nuevas, sus frescas soluciones a los problemas y oportunidades que se van presentando. Pero si al llegar les matan sus ímpetus, gran parte de ese tesoro se pierde.