Lo que están proponiendo llevaría a cateos y persecución

En un país que progresa, la hacienda pública no asume el papel de punto de asalto, sino de una institución sabia que sabe hacer un balance entre la necesidad de obtener recursos para el funcionamiento de un gobierno, y su papel de promotor de desarrollo

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por

2015-11-09 9:05:00

Lo que propone la señora presidenta de la Asamblea, de ir tras todas las imaginables señales de “enriquecimiento”, daría lugar a cateos contra opositores, amañadas valoraciones y actos contra el fuero privado de los ciudadanos.

Las propuestas de ley más bien parecen salir al paso de las revelaciones que está haciendo Probidad de la Corte Suprema, que ha expuesto el inexplicable enriquecimiento, por medios lícitos, de varias figuras del efemelenismo y sus aliados, entre ellas el expresidente de la Legislatura.

Probidad revela y los rojos la emprenden contra el sector productivo, sin que lo uno tenga que ver con lo otro.
           
La señora ve el “enriquecimiento” de la gente de trabajo, de los ciudadanos que comercian, producen, brindan servicios, cultivan, etc., como una pésima señal, un signo de descomposición social que se debe combatir y castigar con penas de cárcel, a menos que dicho “enriquecimiento” se reporte para que el grupo en el poder pueda presionarlos y exprimirlos.

En un país que progresa, la hacienda pública no asume el papel de punto de asalto, sino de una institución sabia que sabe hacer un balance entre la necesidad de obtener recursos para el funcionamiento de un gobierno, y su papel de promotor de desarrollo.

Imaginemos una sociedad donde nadie se “enriquece” y por lo mismo queda estancada, sin progreso, estéril.

El estancamiento indicaría de que ningún joven se esfuerza por ser más productivo capacitándose, estudiando muy duro, siendo más responsable que la mayoría. Significaría que los negocios se conforman con flotar en aguas estancadas, con poca capacidad de competir, sin alcanzar una playa, como las boyas.

Un negocio, al igual que una persona, puede incrementar su patrimonio sin que eso aumente sus rentas y, por tanto, no podrá aportar más dinero a los cobradores de impuestos. Las propiedades pueden tener plusvalías, pero mientras no se vendan, no producen renta; hay sociedades sentadas en sus activos mejores, que aumentan de precio año con año, pero que no pueden vender, como el caso del hombre que compra un cuadro y luego descubre que es un Modigliani con un valor de varias decenas de millones. 
 

No se progresa en el mundo
al no brindar buenos servicios

 Las actuales políticas gubernamentales están exprimiendo y dañando la economía, como lo demuestra el hecho de que este año las ventas y el movimiento comercial es menor que el año anterior. Y a eso se suma otra realidad: que se despoja de recursos a los sectores de trabajo, que tienen muy buen uso para ese capital, para que quede en manos de gente que no hace obra de valor ninguna, que cree resolver el estancamiento agrario regalando bolsas de semillas, que sostiene esquemas que aprovechan los corruptos.

En el mundo de trabajo, de la producción, en el que se mueve y actúa la mayoría de personas, sólo se “enriquecen”, vale decir progresan y avanzan, los que rinden buenos servicios, los que satisfacen con acierto las necesidades de los consumidores, los que administran con eficiencia sus recursos y los que contribuyen a que una sociedad mejore la calidad de vida.

Por desgracia siempre hay envidia, recelos, complejos que dan lugar a incomprensión, agresiones y cacerías de brujas.