El Sitramss: un negocio privado sobre la espalda de la gente

No enmendar, corregir, admitir errores, esforzarse por entender las razones de otros, simplemente no entra en el horizonte mental de los que capitanean el proyecto  

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Autoridades procesan la escena del doble homicidio en el kilómetro 41 de la carretera Troncal del Norte, en El Paisnal.

/ Foto Por Lissette Monterrosa

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2015-10-08 9:15:00

Una desafortunada señora fue atropellada hace un par de días en el Bulevar Venezuela, desgracia que provocó un enorme atasco no sólo en esa vía, sino que prácticamente paralizó el tráfico en el Bulevar del Ejército.

La muy buena propuesta del exalcalde Quijano –poner en circulación buses articulados como los hay en Guatemala, en Quito y en la mayor parte de ciudades francesas– se ha convertido en una maldición para el Gran San Salvador, al ser un montaje privado de los comunistas, que se han tomado vías de esencial importancia como el Bulevar del Ejército y la Juan Pablo II, dividiendo la capital en dos, desviando rutas de buses a calles y avenidas no preparadas y que requerirá de mucho capital para repararlas, además del desgaste de vehículos privados y del tiempo de centenares de miles de personas.

Los rojos no rectifican ni entienden de argumentos ni aprenden. Un atropellado, un bus que se descompone, una colisión de vehículos, una llanta que estalla, un auto que se queda sin combustible o le falla el alternador, puede paralizar el tráfico por horas.

Pero cuando no se entiende y si los intereses del público están por debajo de la “revolución”, esas desgracias no se corrigen…

Como decimos, buses articulados operan sin problema en muchas partes del mundo, sin interferir con el tráfico normal de otros vehículos de transporte individual y colectivo.  Los articulados tienen que sujetarse a las reglas de tráfico y todo fluye sin contratiempos.

No enmendar, corregir, admitir errores, esforzarse por entender las razones de otros, simplemente no entra en el horizonte mental de los que capitanean el proyecto. Inclusive no se les ocurre pedir a personas entendidas en manejar grandes volúmenes de tráfico en otro país, venir acá, sentarse con ellos y trabajar en la búsqueda de una solución.

 Y claro, en ningún momento han pedido opinión a los sectores de trabajo para que cuantifiquen los graves perjuicios que el Sitramss está causando.
 

Ningún sector hay que se libre de las “pensadas”

Los pobladores podrían sentirse afortunados de que los atascos y el Sitramss fueran su único gran problema, pero por desgracia es raro el campo del quehacer nacional que no sufra por  las pensadas, los abusos y la ignorancia de ministros, funcionarios, miembros del politburó y hasta arrimados. 

Es a ese ramillete de torpezas que debemos que nuestro país sea el de menor crecimiento en la región y el que menos inversión extranjera recibe.

Cada vez que se convoca a los medios afines a una reunión informativa muchísima gente se encomienda al Altísimo esperando el más reciente dislate, más sabiendo que se trata de graníticas ocurrencias.

El mundo del trabajo, a diferencia del grupo en el poder, funciona con base en análisis permanentes, consultas, mediciones, revisiones y de corregir lo que se debe corregir. Una de las funciones esenciales de las juntas directivas en las empresas es discutir posibles escenarios y escoger rutas después de descartar lo que haya fallado.

Y así es en todo, como cuando hay juntas de médicos para plantear tratamientos y sopesar riesgos.  

En el mundo del trabajo el costo de realizar algo –costo en dinero, en tiempo, en sufrimiento humano– gravita sobre muchos otros factores, lo que evidentemente no es el caso de los comunistas que están sacrificando a los capitalinos por su negocio.