¿Cuáles son los misteriosos cambios profundos?

Esos sueños de pueblos que viven el ideal de un líder, en la realidad no se dan; lo que hay son despotismos que se sostienen por las formas extremas de la violencia, como lo fue la Unión Soviética

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2014-10-21 5:00:00

Su propósito de llevar a cabo “cambios profundos” en el país expresan continuamente los del régimen, los que hasta la fecha nunca definen como tampoco dicen en qué nación libre, democrática y próspera se han implantado. Sin duda la idea es que de utopías y exaltadas visiones pueden los pueblos vivir aunque sean muy distintas las realidades y el sufrimiento que impere.

Ya que una y otra vez se cae en el mismo estribillo, en ese tráfico de ilusiones, creemos que debe la gente saber de qué se trata eso de los “cambios profundos”, cuál es el nuevo mundo que les espera, si se puede alcanzar sin ruina y agonía humana, si no es hundir a este pueblo en la clase de despiadados despotismos como los que a sangre y fuego se impusieron en muchas regiones del mundo y en Cuba y Venezuela.

En apariencia no se trata de inventar nuevas justicias, de dar forma y vida a esquemas que funcionen y que compaginen con la democracia y la civilización, sino de resucitar momias del pasado, de hacer un retorno al marxismo de primaria que desembocó en el horror de los Años Ochenta.

Lo de “cambios profundos” implica o unanimidad de la población para realizarse —y para que la haya se tiene que pasar por un largo proceso de convencimiento y evaluaciones—, o de hacerlo por la fuerza bruta como un psicópata, Sibrián, lo llevó a cabo. Aquí, en este suelo, no hay espacio para paredones ni tribunales populares ni linchamientos; tampoco eso compagina con la Constitución ni con la democracia.

Ya antes han hablado de “fuertes sanciones” para quienes se opongan a esa marcha hacia la sociedad feliz, al nirvana de éxtasis para quienes renuncian a pensar y actuar siguiendo sus propias ideas y conveniencias; es maravilloso, más de alguno supone, convertirse en una pequeña rueda dentada en los inmensas engranajes totalitarios…

Pero es obvio que la mayoría prefiere continuar siendo libre y tomar su destino en sus manos…

Transforman a los ciudadanos en nulidades sin derechos

Esos sueños de pueblos que viven el ideal de un líder, en la realidad, no se dan; lo que hay son despotismos que se sostienen por las formas extremas de la violencia, como lo fue la Unión Soviética (con sus cuarenta millones de muertos, lo que convierte en casi cero los setenta mil muertos causados por la guerrilla), o las decapitaciones hasta de niños como las que perpetra el califato musulmán de Siria e Iraq; pero seguro que nadie en sus cabales desea eso.

La gran interrogante, pues, es: ¿En qué se está pensando al hablar de “cambios profundos”? ¿Es que va a despojarse a “los ricos” de sus empresas y bienes? ¿Hasta dónde llegaría el desvalijamiento? ¿Qué sucederá con el personal de esas entidades? Al derrumbarse la economía, como le está sucediendo al aparato estatal, ¿quiénes van a suministrar los bienes que requiere la población para alimentarse, cobijarse, educarse, curarse y transportarse?

Por lo general si, como advirtió Santayana, quienes no conocen la historia están condenados a repetir sus errores, el descalabro que se va a causar metiendo por la fuerza a El Salvador en esquemas utópicos, con enorme probabilidad será descomunal, más tomando en cuenta las tan modestas capacidades del equipo del régimen, gente de casi nula experiencia en el mundo real y escasa formación académica…