Cambien de estrategia para lograr lo que todos deseamos

No hagan huelgas, pero marchen y manifiéstense para que sus pacientes y sus alumnos y las familias salvadoreñas conozcan lo que sucede

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Vladimir Orellana, al centro, en una prueba pasada.

/ Foto Por EDH/Archivo

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2014-09-16 5:00:00

No es lo más humano ni lo más efectivo ponerse en huelga para presionar a un gobierno, pues los que sufren no son funcionarios, familiares de funcionarios ni políticos, sino la pobre gente que se queda sin atención médica y los niños y jóvenes que pierden tiempo y oportunidades preciosas para educarse.

Es claro que una especie de secta, la comunista, que durante décadas victimizó al país, causó setenta mil muertes, destruyó infraestructura e hizo retroceder a El Salvador cuarenta años en su desarrollo, no va a ceder nada porque mil doscientas consultas se cancelen o varias escuelas cierren.

Pero la razón por la que no pueden ceder, como lo dijo sabiamente un magistrado hace unos tres años, “si no hay dinero, no hay dinero”, es que el régimen está quebrado, no tiene dinero para terminar el año y, a duras penas, van a sostener a su burocracia, lo que tiene muchísima mayor prioridad para ellos que reparar los aires acondicionados de los quirófanos o dotar escuelas de lo mínimo que necesitan.

Igual sucede en la Procuraduría: no tienen dinero para pagar la electricidad, combustible… y así dependencia tras dependencia pública.

Salud está en manos de militantes sin capacidad alguna para administrar recursos, que niegan información, que raras veces visitan las dependencias a su cargo pero que mantienen intensas campañas propagandísticas exhibiendo maravillas que simplemente no existen.

En cuanto a las escuelas, si no hay dinero para lo esencial, menos habrá para elevar salarios. Los maestros deben abrir los ojos y responsabilizarse de lo que es su cometido, no usar a los niños como mecanismo de presión.

Maestros y médicos deben saber que las buenas personas de este país están con ellos y conocen sus problemas.

No hagan huelgas, pero marchen y manifiéstense para que sus pacientes y sus alumnos y las familias salvadoreñas conozcan lo que sucede y sepan que ni médicos ni maestros van a abandonarlos, como por desgracia puede ser ahora la percepción. Piensen en la pobre gente que no tiene otra alternativa que los hospitales públicos ni otra alternativa que las escuelas del sistema.

Lo esencial es que el régimen despierte a la realidad nacional

La mejor forma de exponer lo que sucede es decirle a cada enfermo y a cada padre de familia, que las carencias son culpa del régimen, un ente que gasta enormes sumas de dinero para hacer un hoyo enorme en El Chaparral y desbaratar la ciudad con el Sitramss, proyecto condenado a un triste fracaso, amén de estar pagando suntuosos viajes y grandes salarios para los favoritos.

Patria se construye, y logra más un médico que con franqueza dice a sus pacientes que hará lo posible para curarlos pero que no tiene los instrumentos a causa del desastre administrativo, que irse a la huelga y agregar al sufrimiento de los más pobres entre nosotros.

En vez de antagonizar a gente que ya sufre y que, con probabilidad, vive en zonas violentas, conviértanla en su aliada para revertir las políticas y los despilfarros que están causando la ruina del sistema de Salud, la ruina de los servicios públicos, la ruina de la educación y la ruina de la economía. Al hacerlo también ayudarán al régimen a despertar a la realidad, a admitir de que no son infalibles y a comenzar a trabajar en unión con otros.