No se aguantan los burócratas para caerle encima al dinero de los fondos de pensiones, a recetarse lo que con esfuerzo han ido ahorrando los trabajadores y empleados del sector formal del país.
El régimen que, en menos de seis años nos ha llevado a un endeudamiento sin precedentes y que se caracteriza por su incapacidad administrativa y los despilfarros, pretende que los ahorros de la gente sean manejados por “el Estado”, o sea por ellos mismos. Y para justificar lo que es un despojo, se vienen inventado excusas, como aquello de “ser solidarios” o compartir la deuda que ya tienen y no pueden pagar, de los asegurados del Seguro Social y los que quedan del viejo sistema.
Si en un año los grandes eficientes no han logrado poner orden en Sitramss —cuya puesta en marcha se alarga y se alarga y se alarga— no cuesta imaginar lo que harían con ahorros ajenos, como están haciendo con los presupuestos públicos. Y si ahora quieren embolsarse los ahorros de las AFP, mañana querrán quedarse con los ahorros en los bancos, las remesas y las propiedades de la gente, desde casas hasta fábricas y cosechas, como se anuncia con el plan de revivir el fracasado IRA.
Inclusive los ahorros en los bancos están en la mira con las disposiciones tributarias últimas, como lo advierte ABANSA, que obligaría a muchas personas a sacar su dinero de los bancos y guardarlo; en vez de ir hacia adelante, vamos de reculada…
Todos a apretarse el cincho, menos la nueva clase política
Las administradoras de pensiones patrocinaron una conferencia para exponer lo que está sucediendo en Europa con el tema previsional, generalmente basado en repartir entre los jubilados lo que cotizan los trabajadores activos. Y la conclusión a la que llega y es muy fácil llegar, el economista Gonzalo Rengifo, español, es que pasaríamos de un sistema que mal o bien funciona y garantiza a los ahorrantes su dinero, a otro que en todas partes está en bancarrota. Y está en bancarrota porque “el Estado” se coge el dinero para sus gastos.
Rengifo señaló que prácticamente todos los países europeos (y a ellos se suman los Estados Unidos) están con el agua hasta el cuello con la deuda de las pensiones.
Sólo España, dijo, “tiene una deuda previsional que supera los 2.5 trillones de dólares, lo que le representa un gasto anual del 10 % de su Producto Interno Bruto (PIB)”; Argentina, que le cayó encima a los fondos de pensiones en 2009, no puede pagar a los cotizantes quienes, después de ahorrar por años, se encuentran sin dinero en sus años dorados.
El régimen salvadoreño, desde la presidencia Saca, viene manoseando los fondos de pensiones, sobre todo al forzarles a comprar “valores” estatales que pagan menos de un dos por ciento; de concretarse el asalto, el dinero irá a pagar más burocracia, más parentelas y más amigatelas.
Que “el Estado” maneje ahorros es el equivalente a amarrar chuchos con chorizos o dar al tacuazín las llaves del gallinero.
Saqueo es saqueo y la gente está tan indefensa frente a desvalijamientos y legislaciones, como los vecinos de barriadas ante los “muchachos que cobran renta”.
Los sueños de muchos de vivir en paz y sin hambre serán eso, sueños, menos para los funcionarios públicos que alquilan mansiones…