Siempre hay condicionantes en cualquier discusión pública

Si el Banco Mundial, o Moody's, califican muy mal al país y señalan los graves problemas causados por sus políticas económicas, lo que procede no es acusarlos de conspiración o de charlatanería, sino corregir rumbo

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Osael Romero (de celeste a la derecha) se reunió con la comisión de Juventud y Deportes de la Asamblea Legislativa.

/ Foto Por Jorge Reyes

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2014-07-14 5:00:00

Siempre hay –y deben haber– condicionantes a cualquier discusión, debate, análisis, entendimiento y, sobre todo, diálogo, pues de lo contrario sería un hablar entre sordos, lo usual en cantinas de pueblo, lo del marero con su víctima o las zorras con las gallinas.

Y más si se busca el diálogo en su sentido etimológico: llegar a la verdad a través de la razón, esforzarse para adelantar o encontrar soluciones a diferendos o problemas.

Como lo señaló un magistrado, no puede haber una competencia deportiva y el fútbol es el ejemplo a mano en estos momentos, sin reglas claras que ambas partes reconocen.

El Ejecutivo no pensó muy bien lo que decía al rechazar “condicionantes” para sentarse a “dialogar”, como tienen razón las gremiales al exigirlas.

Esas condicionantes elementales son necesarias para lograr al menos una medida de armonía civilizada. La primera es no mentir, no poner sobre la mesa información falsa, no querer reconocer que hay formas de medir, pesar, verificar.

Las descalificaciones que, desde hace más de un lustro, viene haciendo el régimen, de los datos respaldados por organismos internacionales o entidades de gran prestigio son más prueba de mala fe que de otra cosa.

Como ejemplo: si el Banco Mundial, o Moody’s, califican muy mal al país y señalan los graves problemas causados por sus políticas económicas, lo que procede no es acusarlos de conspiración o de charlatanería, sino de corregir rumbo.

Y se corrige rumbo por el bien del país, por una población que sufre cuando escasea el empleo, se padecen malos servicios públicos, de la criminalidad o faltan los alimentos.

No mentir es fundamental, como también lo es ceñirse a la lógica, a lo que es sensato y demostrable. Si el hombre es un animal racional (Aristóteles), rechazar la razón es revertir a una forma de animalidad, la de la selva y sus fieras.

¿Que la lógica no es universal? No existirían las computadoras

Lo lógico mueve el universo, por lo que alegar que la lógica no tiene validez en lo que hacemos o lo que mueve las estrellas es caer en lo absurdo. No hay una lógica proletaria y otra burguesa, sino una sola lógica.

De no haber una lógica no existirían la matemática ni la cibernética ni la física ni las ciencias.

Existen las computadoras y existen, precisamente, porque hay una única lógica. Las computadoras que usan los productores y los ingenieros se basan en las mismas estructuras matemáticas que las utilizadas por un chavista o un talibán.

Al no existir coherencia entre los actos del Ejecutivo, las truculencias fiscales, lo que se plantea y se quiere imponer en la legislatura, las políticas aplicadas a diversos sectores de la población y la doble o triple moral -–se encubre a unos corruptos pero se persigue a personas por las más triviales causas— la consecuencia es desconfianza y gradual paralización social.

No cuadra aquello de la gran vocación social “por los pobres” con la plaga de pulgas en los hospitales del Seguro Social, una entidad que está siendo devorada por su enorme e ineficiente burocracia y donde apenas quedan recursos para medicamentos y mantenimiento.

Ese tema de las pulgas y los veinticinco mil “nuevos empleos creados” en cinco años, empleos para la partidocracia, son temas fundamentales entre las gremiales, la opinión pública y el régimen de turno.