¿Quieren hacer de Las Palmas, una especie de feudo rojo?

Los políticos populistas se nutren de la pobreza y las desgracias ajenas, pues esa pobreza en una primera fase es el estandarte con que se agita a la masa

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elsalvador.com

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2014-07-06 6:00:00

El presidente Sánchez y un numeroso grupo de miembros del Ejecutivo visitaron la comunidad Las Palmas, situada al lado de las colonias San Benito y la Escalón, ostensiblemente para oír a los lugareños, pero, distinto de lo que esperaban los vecinos, en el acto únicamente tomaron parte los activistas del partido oficial que allí residen.

Se piensa que la visita fue para ungir al comisario político, activar los grupos de “defensa de la revolución”, formar los cuadros de vigilantes y, en adelante, servirse de la comunidad de Las Palmas para movilizarlos en marchas, desfiles, protestas y desórdenes.

Los cuadros de vigilantes es lo usual en los países donde se imponen regímenes totalitarios, sean nacionalsocialistas, comunistas o fascistas: controlar a la población por el miedo, alentar las delaciones, echar a unos contra otros y además valerse del hambre y la dispensa de alimentos para que la gente “esté quieta”, es de rigor.

El oficio de organizar marchas y mover desórdenes tradicionalmente se ha centrado en la Universidad de El Salvador, pero con el paso del tiempo hacerlo es menos posible; no conviene a la imagen del partido oficial que bullangueros salgan y vuelvan al campus como antaño. El último de tales sucesos fue cuando un desquiciado, durante una manifestación de la izquierda, mató a dos policías e hirió a otros cinco frente a los recintos de la UES, lugar en el que se le dio refugio y desde donde también dispararon contra los agentes.

Pero lo que menos necesita el país son más divisiones, excluir a unos y solo entenderse con otros, dividir a la población entre la partidocracia, los ciudadanos independientes, la delincuencia y, como les decían durante la guerra, las masas, la gente que entonces servía como escudos humanos de los campamentos de los insurrectos.

¿Cuál es el motivo de querer sembrar discordia en Las Palmas?

La comunidad Las Palmas siempre recibió (y continúa recibiendo) asistencia de sus vecinos de la Escalón y San Benito, que sostienen guarderías, clínicas y que inclusive lograron que un joven de los Cuerpos de Paz se involucrara con los pobladores del lugar, viviera entre ellos y emprendiera labores educativas y capacitaciones.

Ninguna persona sensata se beneficia de bolsones de pobreza, pues la gente de trabajo, el comercio, la producción y el intercambio se potencian con el crecimiento y el alza de los ingresos de la gente. Una tienda de barrio o almacenes de electrodomésticos venden más y ganan más cuando hay más empleo estable, mayores ingresos por familia, más intercambio.

Por el contrario, los políticos populistas se nutren de la pobreza y las desgracias ajenas, pues esa pobreza en una primera fase es el estandarte con que se agita a la masa y que luego se convierte en una herramienta de control sobre la población. Tener a los cubanos por horas en cola para recibir sus mendrugos es la mejor arma en favor del castrismo para impedir revueltas. Y en todas partes están los espías de la dictadura.

La comunidad Las Palmas, como señalan ellos mismos y se comprueba en una visita, ha sido tranquila, en una medida unida, no registra violencia desde 2009 y quiere que la escuela del lugar se extienda hasta el tercer ciclo y bachillerato para que sus jóvenes se superen.

Por desgracia, algunos pretenden revolverla y dividirla para luego instrumentalizar a los vecinos con inconfesables propósitos.