Chaplin, “Tiempos Modernos” y la petrificación ideológica

Los encuentros entre funcionarios y productores son imprescindibles para que la gente del gobierno comprenda por qué dependen de la riqueza creada por los productores para pagar su enorme burocracia y sostener programas "sociales"

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elsalvador.com

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2014-07-03 5:00:00

La concepción que tienen los rojos del mundo es una réplica de la película muda de Charles Chaplin, “Tiempos Modernos”, que retrata a una sociedad dividida rigurosamente entre obreros y oligarcas, “explotados y explotadores”, buenos y malos.

Charlot pierde el seso después de pasar meses y años apretando tornillos a partes que avanzan sobre una línea de montaje… una de las secuencias más graciosas es cuando la máquina que le mete comida en la boca (para que no deje de trabajar ni un minuto) sufre un percance y en vez de la masilla comestible le suministra una abundante dosis de tuercas.

Mucha agua corrió bajo los puentes desde ese entonces y, al lado de las bandas de montaje o los cubículos en línea, hay robots computarizados que pueden armar equipos complejos, colocar motores, ajustarlos, pintarlos y empacarlos… la tecnología cambió el mundo de raíz pero la transformación más profunda es que la riqueza ya no reside primordialmente en lo material, sino en el conocimiento.

Esto que nos lleva a sugerir que el Secretario General del FMLN se reúna con productores a hablar sobre lo que hacen, cuál es la relación entre quienes dirigen y administran una empresa y el personal de la misma, que vea de primera mano lo que son esas organizaciones, muy complejas y por lo general eficientes, para enterarse de cómo generan nueva riqueza sin despojar a nadie y lo que contribuyen a las cadenas productivas del país.

Y, lo que es muy importante, que conozca y valore el aporte que hace el conocimiento, el crédito, las patentes y el orden de leyes para sustentar la producción y el crecimiento.

Pierde el crédito un país

y todo se viene abajo

Los encuentros entre funcionarios y productores son imprescindibles para que la gente del gobierno comprenda por qué depende de la riqueza creada por los productores para pagar su enorme burocracia y sostener programas “sociales”, y la razón por la cual perseguir o desvalijar a los productores equivaldrá a que el gobierno serruche la rama del árbol en la que está sentado.

Los socialistas fracasan cuando se meten a productores, pues las ventajas que logran a base de privilegios, exclusión de la competencia y creación de monopolios, rápidamente se pierde al enfrentar la competencia tanto interna como externa; se puede cargar los dados a un negocio de los rojos aquí, pero no se puede hacerlo con negocios costarricenses o colombianos.

Ese escenario se dio con las fábricas que los desmovilizados guerrilleros montaron en Morazán —el experimento no duró ni dos años— y es lo que le está sucediendo a Venezuela donde, pese a adjudicarse muchos sectores económicos a base de expropiaciones y decretos, el régimen no puede abastecer a la población de alimentos y artículos esenciales de consumo.

Lo que ahora pasa en Argentina es otra dura lección: el país perdió litigios y tiene que pagar a sus acreedores lo que, a su vez, repercute en la capacidad del país para obtener nuevos financiamientos. Eso va a ocurrir con ENEL y Pacific Rim si se continúa en la actitud de “este macho es mi mula” y no se llega a un acuerdo civilizado; se derrumba el crédito de un país y se viene abajo todo.

Hay política fiscal realista y mesurada y hay saqueos fiscales que arruinan a los contribuyentes y empobrecen a los países.