¿Se han quedado sin dinero? Pues recorten gastos inútiles

La petición de aumentar impuestos para cubrir gastos inncesarios y enormes, es un contrasentido en un país que requiere que sus productores dispongan del capital y los recursos para mantener el empleo

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Lionel Messi junto a sus compañeros de la selección de Argentina durante la sesión de entrenamiento. 

/ Foto Por EFE

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2014-06-26 6:00:00

Alegando que “de algún lado hay que sacar el dinero” el Secretario Técnico de la Presidencia dice que seguirá dialogando con los productores y los diputados de la Asamblea para aprobar una reforma fiscal que genere más ingresos tributarios.

Sin embargo no se tiene que buscar mucho para encontrar la solución a la carencia de recursos: recortar drásticamente los gastos y, en particular, el incremento de plazas efectuado por el régimen de Funes, que cargan como un enorme peso muerto sobre el país.

Cortar gastos y, sobre todo, reducir personal es la norma en los negocios y empresas del país y del mundo entero: cuando falta dinero para cubrir costos, lo primero que se hace es reducir gastos, ya que incrementar ingresos a través de más ventas o movimiento comercial toma tiempo, requiere de adicionales inversiones y no siempre se logra el objetivo.

Lo que plantea el gobierno, que se puede sintetizar en un “no me alcanza el dinero”, equivale a que el gerente de una empresa comience a inflar el número de empleados, colocando en puestos que no se necesitan, a parientes, amigos, sobrinos, hermanos. Y cuando los accionistas protesten, la respuesta es “metan más capital en el negocio; de lo contrario vamos a la quiebra”.

En el mundo real, el de la competencia, en el mundo donde “si no trabajas no comes”, un gerente que no vigile gastos y derroche recursos, de inmediato es reemplazado y, en algunos casos, demandado por malapraxis. Y esto, que parece inverosímil, es con frecuencia la causa de que muchas empresas se vengan abajo y desaparezcan, por expandirse calculando mal el futuro de un mercado o de la economía, para luego no poder enfrentar las deudas y costos que esa sobreexpansión causa.

¿Hay alguien que tenga la fórmula mágica para crear riqueza?

Otro ejemplo de excederse en los gastos y casi quebrar a una institución es lo sucedido con la Secretaría de Cultura, en palabras de su actual director: la previa encargada no aumentó empleados pero se excedió en los gastos alquilando un edificio que rebalsaba las posibilidades de la entidad y, además, montó suntuosas oficinas, un despacho de gran lujo.

El sólo hecho de que, en enero del presente año, Funes haya “creado” diez mil y tantos empleos, es una de las muchas señales de la irresponsabilidad en el gasto de su régimen, pues no es de un día a otro que, de pronto, súbitamente, se necesiten diez mil empleados, comenzando porque no hay donde sentarlos ni ubicarlos ni mucho menos se le puede asignar a tal gentío tareas o responsabilidades, pues de haber sido así, el gobierno habría colapsado antes.

La petición de aumentar impuestos para cubrir gastos inncesarios y enormes, es un contrasentido en un país que requiere que sus productores dispongan del capital y los recursos para mantener el empleo y sostener el suministro de bienes y servicios que demanda la población.

Encontrar empleo en estos momentos es difícil para la mayoría de ciudadanos y, sobre todo, para los jóvenes que recién terminan una carrera. Y es difícil, precisamente, a causa del permanente expolio del país para sostener la ineficiencia y la creciente burocracia estatal.

Una solución, dicen algunos, es pedir al expresidente Funes la fórmula para generar gran riqueza, partiendo de un salario usual entre ejecutivos del sector privado nacional. Funes parece tener el toque de Midas…