El serpenteo de posturas de los comunistas criollos

Hace dos semanas el de la Asamblea fue muy claro sobre cambiar la Constitución, con lo cual el país quedaría y al decir de los asturianos, con el "trasero al aire"

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Rafael Fuentes, arquero del Alianza, no jugó ayer en el duelo donde perdieron los albos contra Dragón. Foto EDH

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2014-03-02 6:00:00

No acaban los comunistas de decir algo cuando proclaman lo contrario, como se expuso en una crónica de EL DIARIO DE HOY, colocando lado a lado lo que se afirmó hace diez años o tres semanas, con las más recientes declaraciones.

Cuando, por “errores de juventud”, andaban enmontados secuestrando y perpetrando matancingas, las atrocidades eran el medio para llegar a instaurar en este suelo un paraíso a la moda cubana.

Más tarde, en medio de las conversaciones de paz, lo que querían era un orden democrático que garantizara la libertad de expresión, elecciones limpias y etcétera, etcétera, etcétera. Y para aligerar el paso de las negociaciones asesinaron a la hija adolescente de un jefe militar. Y llegada la paz y los acuerdos, continuaron secuestrando…

Nadie debe asombrarse de esas veleidades, como nadie tiene por qué reprochar que los pandilleros de Ilobasco, sus naturales aliados, hayan impedido por la fuerza que se realizara una concentración de ARENA en el lugar. Y las pandillas son las que garantizarán que en muchos pueblos y caseríos los rojos tengan ventaja.

Pero el candidato profesor Sánchez, ahora engalanado con un “doctorado honoris causa”, puede seguir cambiando de discurso y de ideas a su conveniencia, pues hacerlo es parte del dogma marxista-leninista. Para eso, ellos lo reiteran, son “dialécticos”, que es el arte de la desvergonzura, falta de pudor, de hacer hoy lo que condenaban ayer y mañana “todo lo contrario”.

Pero tales transformaciones, queridos conciudadanos, es lo que define la dictadura, cuando no hay otra regla que lo dispuesto por el carnicero a la cabeza o por quien tiene empleado a ese carnicero. Y si no lo creen pregúntenlo a los venezolanos, que pasaron de un mesiánico a un burro –como ellos mismo le dicen– que salta de estupidez en estupidez, de violencia en violencia y de barbaridad en barbaridad.

¿Quién puede decir que el país está mejor ahora que hace cinco años?

Durante un largo tiempo los rojos vienen aseverando que lo que necesita El Salvador son “cambios profundos” tal como se plasman en su plan de gobierno, que más bien debería conocerse como “plan para llevar a la ruina y el hambre a un país entero”.

Y allí y en los decires y proclamas, disfrazados, están los cambios a la Constitución, las consultas y plebiscitos, la revisión de los tratados de libre comercio, el abandono del dólar. Hace dos semanas el de la Asamblea fue muy claro sobre cambiar la Constitución, con lo cual el país quedaría y al decir de los asturianos, con el “trasero al aire”, expuesto a cualquier cosa pero sin los medios para un asunto esencial: dar de comer a la gente.

Y esos jovencitos indecisos que creen que al no votar todo seguirá a conveniencia de ellos, van a sufrir en sus estómagos las consecuencias de su irresponsabilidad.

¿Hay alguna familia y fuera de la clase roja que está saqueando el país, que esté mejor ahora y tenga superiores oportunidades de superación, que antes del primero de junio del 2009?

¿Hay alguien que no sea sobrino de diputado o amiguita de rojo que encuentre fácil encontrar empleo en estos momentos?

Por más vueltas que se le dé al asunto, empleo, alimentos, vestimenta, techo, oportunidades, una medida de seguridad y el ser libres, sólo se dan en la adecuada medida en democracias libres y bajo la ley.