Saqueo de “informales” y saqueos organizados

Es lo que vemos: adjudicación de plazas estatales a políticos y sus parentelas, incremento de la empleomanía, bonificaciones y robos, corrupción e impunidad

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El proceso judicial está siendo llevado a cabo en un Juzgado Antifamia de San salvador. Foto EDH / Archivo

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2013-12-10 6:00:00

Maduro ha llevado a sus populachos a saquear negocios, comercios y lo que esté a su alcance en Venezuela, tradición que se remonta a Chávez, por lo que podría estar pagando su precio en el más allá.

Saquear negocios, fijar el precio de legumbres, electrodomésticos y alquileres, caerle encima a viviendas, industrias y tierras de labranza, robar lo que esté al alcance del que no tiene nada, es la fórmula que el grotesco dictador ha descubierto para que los venezolanos sean felices, tengan de todo, acaben con la inflación.

En los últimos días el exsindicalista también descubrió la manera como abaratar el precio de los vehículos: ha fijado un tope para lo que se puede ganar vendiendo un automóvil, lo que apunta a que, en Venezuela, las existencias de los importadores quedarán muy pronto a cero.

Y esa es, precisamente, la serpiente en el paraíso del “socialismo del siglo XXI”, un socialismo igual de disparatado que el del siglo XX, el del siglo XIX y el del Tercer Siglo después de Cristo, el del emperador Diocleciano: una vez que se terminen las existencias de televisores, equipos caseros, autos, viviendas, pollos, mermeladas, lociones, ropa de marca, ¿cómo se van a reponer esos artículos si, a menos que un importador esté loco de atar (como podría estar Maduro), nadie va a meter buen dinero en negocios que, en cualquier momento, se exponen a ser saqueados?

Esto es lo que, por cierto, acaba de suceder en Córdoba, la segunda ciudad en tamaño de Argentina.

Resulta que la policía se fue a la huelga y se acuarteló: no hubo un solo agente en la ciudad, más o menos como sucede en varias barriadas al norte de San Salvador. Y al no haber autoridad, los malos cordobeses se lanzaron al saqueo. Hay dramáticas fotos de mujeres llevando carritos de supermercados hasta el tope con botes y cajas, a quienes sus hijos, futuros ciudadanos ejemplares de Córdoba, les ayudan a cargar con lo ajeno.

Por tres días las autoridades de Córdoba esperaron en vano a que el régimen central, el presidido por la Kirchner, enviara fuerzas antimotines a poner orden, lo que de inmediato hizo que los vecinos de varias zonas de la ciudad montaran su propia seguridad y se aprestaran a repeler a los ladrones a como diera lugar.

Corrupción, clientelismo, endeudamiento y al final bancarrota

Esto es el saqueo “informal”, el perpetrado por populachos y bandas que al presentarse un vacío de autoridad, o ser instados a ello como sucede ahora con Maduro, se lanzan al pillaje. Y la consecuencia es que, a corto plazo, los mercados se desabastecen, comienzan las carestías y la gente a sufrir calamidades y hambre.

Pero está el saqueo formal, organizado, cuando un grupo de fuerza se toma las instituciones y procede a saquearlas y utilizarlas para sus propias finalidades, como está sucediendo en El Salvador, en el presente.

Es lo que vemos: adjudicación de plazas estatales a políticos y sus parentelas, incremento de la empleomanía, bonificaciones y robos, corrupción e impunidad. Y, como parte del proceso, el endeudamiento nacional para sostener beneficios.

Pero llega la bancarrota y comienzan las calamidades, como sucede ahora en el país…