Los grandes cambios que ofrecen llevan a la dictadura

Es fácil imaginar la clase de régimen que se montaría y que va a considerar al país como propiedad suya y de los rojos, incluyendo tus negocios, tu vivienda, tus enseres, tus hijos, tus esperanzas y tu futuro.

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elsalvador.com

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2013-12-25 6:00:00

Los rojos, tanto en boca de su candidato a la presidencia como en las declaraciones del señor Gutiérrez, afirman que el país necesita “transformaciones”, “la construcción de un nuevo poder”, “quebrarle el buche al neoliberalismo. Esto significa amarrarle las manos al mercado, recuperar al Estado”.

En otras palabras, montar aquí un régimen igual en sus rasgos al cubano, al de Corea del Norte, a lo que rigió en la Unión Soviética antes de que ese imperio del mal se despanchurrara.

¿Quieren eso los salvadoreños? Hay sectores de la población atraídos con la campaña comunista porque creen que podrán vivir sin trabajar gran cosa, que les darán de comer, que mantendrán las libertades propias de una democracia como decidir sus vidas, moverse de un lugar a otro, continuar recibiendo sus remesas…

Es fácil imaginar la clase de régimen que se montaría y que va a considerar al país como propiedad suya y de los rojos, incluyendo tus negocios, tu vivienda, tus enseres, tus hijos, tus esperanzas y tu futuro.

Los rojos nunca dicen exactamente lo que van a hacer, sino que se quedan en generalidades: “satisfacer las demandas de las mayorías”, los “cambios necesarios”, la “vida feliz”. A los taxistas, durante la campaña pasada, les ofrecieron darles gratis la gasolina; a las empleadas de hogar, que “esta casa será tuya” (aunque no tengan posibilidad de mantenerla); a los del pasaje, que “les donaremos láminas para arreglar sus techos y pintura…”.

Para cada incauto, la adecuada carnada.

En lo que posiblemente la mayoría saldrá ganando es que la violencia terminará de golpe: no hay violencia callejera en Cuba, ni extorsiones, ni matancingas entre bandas rivales, ni presos manejando anillos del crimen desde las cárceles. No hay violencia porque a los violentos los refunden en mazmorras o los eliminan a la primera, como han librado a los nicaragüenses bajo Ortega.

Cortar el buche al mercado es cortar el buche a tu libertad

¿Qué se quiere decir con eso de “amarrarle las manos al mercado… quebrarle el buche al neoliberalismo”?

Hay “mercado” en la economía porque en las sociedades libres hay mercados en las plazas, en los pueblos, en los centros comerciales, en la banca, en las bolsas de valores.

Todos vamos a los mercados de una u otra clase: nadie nos obliga a comprar, ni a tener ropa de un solo color como los chinos con Mao y el gabán azul, o vivir en una clase de casa, o comer únicamente lo que esté disponible.

En los mercados escogemos –escoger es precisamente lo esencial de la libertad—sea la ropa sea el trabajo sea el estudio sea el deporte que nos gusta presenciar sean los libros que queremos leer.

Podemos ir al mercado porque nos gusta disponer de nuestro ingreso aunque se trate del mínimo. En Cuba un médico gana entre veinte y treinta dólares al mes y, por lo mismo, no puede darse el lujo de ir a los mercados (centros comerciales o las ventas de las aceras) a escoger su ropa y lo que usa; tiene forzosamente que contentarse con lo que el desgobierno le entrega, y se lo entrega porque no hay mercados.

Cortar el buche al mercado es cortar el buche a tu libertad.