No buscan el “socialismo” sino algo mucho peor

Al objetar las cláusulas pétreas de nuestra Constitución, un concepto que no encaja en la mentalidad marxista, lo que se plantea es eliminar toda restricción, freno o escrúpulo a quien detenta el poder

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elsalvador.com

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2013-11-14 6:00:00

Las declaraciones de un grupo de senadores y congresistas de Estados Unidos fueron desestimadas por dos candidatos que son señalados por pretender implantar el socialismo en El Salvador, rechazo con el cual nosotros estamos de acuerdo: ninguno se propone implantar el socialismo; el asunto es más grave.

En uno de los casos, un individuo con una trayectoria de autoritarismo extremo, que se dice que nunca vaciló en perpetrar las peores atrocidades y que tiene como modelo de sociedad dos implacables dictaduras, lo que busca no es socialismo sino implantar un régimen centrado en sí mismo, con poderes omnímodos.

Al objetar las cláusulas pétreas de nuestra Constitución, un concepto que no encaja en la mentalidad marxista, lo que se plantea es eliminar toda restricción, freno o escrúpulo a quien detenta el poder, hundir a nuestra sociedad en un estado en el cual se eliminarían las libertades individuales y colectivas, el trato honesto, la decencia y la compasión hacia los fueros de la persona.

Los mesiánicos van de impulso en impulso. Parten de sus complejos, sus odios, su confusión mental, sus pensadas, de lo que oyen desde lo alto y que los dioses les hacen llegar vía “el pajarito” o por la conveniencia del instante.

Es lo que mueve a personajes como Hitler, Vlad (que dio lugar a la leyenda de Drácula), al dictador Trujillo de la Dominicana, a Maduro, a Guzmán del Sendero Luminoso y a Pol Pot, quien exterminó a la tercera parte de los camboyanos para construir, alegaba, una sociedad justa y feliz sobre un campo de cadáveres.

La guerrilla que este personaje capitaneó, después de la muerte de sus antecesores, muertes violentas y de espanto, dejó tras de sí una estela de dolor, destrucción, familias diezmadas. Sus estructuras y sus tácticas han sido copiadas por las pandillas de hoy, desde la autoridad verticalista en la que el jefe tiene poder de vida y muerte sobre sus miembros, hasta la organización por células -–clicas— y el sometimiento por el terror de las comunidades donde se enseñorean.

Fue una lucha, se ufanan, “por la justicia”, la libertad de expresión, la transparencia, la ley…

No quieren frenos ni límites para sus desvaríos y apetencias

Los candidatos de izquierda andan de un confín a otro prometiendo maravillas, repartiendo computadoras, diciendo que van a mejorarlo todo, que la gente se tomará en cuenta en las decisiones del gobierno. En una época se denuncia que colgaban de los pies y apaleaban hasta morir a quien discrepara; pero en el futuro todo será participación, consultas populares… en cuanto al sistema representativo y republicano del gobierno, eso al cajón de los trastos inservibles.

El gran ofrecimiento es que esos expertos en destruir y empobrecer, van a erradicar la pobreza.

En sus desvaríos, los mesiánicos se consideran dueños de la verdad, dueños del futuro y, lo peor, dueños de la vida y la hacienda de los demás. Lo normal es reconocer los méritos y las capacidades de otros, aceptar que las sociedades prósperas son el fruto de la labor y las ideas de todos trabajando en armonía. Todos formamos parte de una cadena infinita de trabajo y de intercambio, sabiendo que nuestro bienestar se nutre del bienestar del resto.

Todo se derrumba cuando un país cae en manos de ignorantes capaces de perpetrar las peores ignominias y crueldades siguiendo sus instintos más crueles, su inhumanidad.