Un atropello más del régimen contra sus opositores

En la jungla de las aceras, donde se venden desde medicamentos robados a hospitales públicos hasta falsificaciones, muy poco meten mano los inspectores

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elsalvador.com

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2013-11-17 5:00:00

Los dispensarios de medicinas de Salud Pública no aprobarían las más tolerantes inspecciones, por tener medicamentos de procedencia desconocida, por insuficiencia de inventarios, por remedios vencidos o a punto de vencer o simplemente por no tener existencias de medicamentos esenciales… pero he aquí que en la persecución política que ha montado el actual régimen se valen de los pretextos más descabellados para cerrar farmacias e imponer altas sanciones.

La medicina que se alega no tiene registro (prednisona, esencial para personas que sufren de diversas formas de artritis y de lupus) se ha venido recetando en varios hospitales públicos desde hace mucho tiempo. Y cuando esta medicina no se suministra a los pacientes en el hospital, estos la buscan en diversas farmacias, entre ellas las Farmacias Económicas.

Prohibir en forma atolondrada la importación de determinados medicamentos que han estado en uso por largo tiempo y elaborados por laboratorios de prestigio en otros países deja en desamparo a pacientes que no pueden pedirlas al exterior, hacer que se las traigan de Guatemala o de Sudamérica.

Las inspecciones con dedicatoria, buscar el menor pretexto para atropellar empresas establecidas, no se realizan en las ventas callejeras o en otros establecimientos. En la jungla de las aceras, donde se venden desde medicamentos robados a hospitales públicos hasta falsificaciones, muy poco meten mano los inspectores, como tampoco se revisa la salubridad de alimentos que allí se expenden.

El atropello se lleva a cabo dejando en la calle a las personas que laboran en los establecimientos que se pretende clausurar y poniendo en riesgo las operaciones de la cadena de establecimientos que son las Farmacias Económicas.

A ello se suma lo declarado por el candidato rojo: que se contemplan dispensarios médicos formados como parte de los negocios de Alba, dispensarios usuales en los regímenes comunistas donde irán a parar fabricaciones de origen desconocido, como los camiones chatarra que compraba la alcaldía roja hace un par de períodos.

Por tanto, hay que seguir el libreto: eliminar en lo posible a los competidores antes de iniciar el negocio.

Intentan ensuciar a personas con cargos imaginarios

Pero el motivo no es tanto las medicinas ni menos proteger a la gente que, por deficiencias del sistema de salud pública, busca las farmacias privadas. El objetivo es ensuciar a la previa administración, apuntalar a fuerza de calumnias y procesos amañados, la cuestionada candidatura de dos individuos de muy baja instrucción y con un pasado criminal.

El cierre de las farmacias y los dos procesos contra Miguel Lacayo son represalias por lo que escribe y denuncia. Es además una táctica sucia que no tiene lugar en países jurídicamente ordenados: perseguir por todos los medios y usando todos los pretextos, a una persona, grupo o sector. Se trata de un bullying, acosos estatales que son prohibidos en países que respetan la ley pero que es lo acostumbrado en las dictaduras.

El atropello forma parte de la cadena de insultos —desde las locuciones sabatinas hasta las peroratas en el seno legislativo y la difamación en las redes sociales y la Internet— de lo que hace gala el actual régimen y los comunistas para silenciar, intimidar, amordazar, llenar de oprobio y perseguir. Se vio en las cantinflescas acusaciones del presidente de la Corte de Cuentas que viene soltando nombres sin tener más pruebas que su imaginación.