El pequeño mundo rojo de Salvador Sánchez

Ese es su mundo, el pequeño y desfasado mundo de las dictaduras y el control humano, donde no hay cabida para la efectiva democracia, la libertad individual y la prosperidad de la gente

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por

2013-09-05 6:00:00

Ya viene, nos dicen los rojos, Santa Claus Maduro a repartir bienes y alegría a puñados, desde computadoras para cada niño en El Salvador (a un costo de quinientos millones de dólares más el gasto en instructores, vigilancia para que no las roben, mantenimiento, conexión a la Internet, muebles y salones para instrucción, etcétera) hasta dinero para nuevos negocios, desde financieras hasta distribuidoras de fertilizantes…

Y, además, petróleo y gasolina “a bajos precios” pero por corto tiempo.

El derroche de ofrecimientos hizo que Paolo Lüers se preguntara si el candidato sabía sumar y restar, pero la interrogante no es esa, comenzando porque el ofrecedor es maestro de escuela, sino si su feligresía, “el voto duro efemelenista”, tiene esas capacidades aritméticas.

Pues ofrecen, prometen, aseguran, pintan paraísos, emboban y gritan exaltados en las tribunas, con frecuencia diciendo una cosa al principio de los discursos que no compagina con lo del final.

Lo que no tiene importancia, pues ese público no hace sumas ni diferencia entre lo posible y lo imposible: les encanta que les digan que “hay cambio” para vender su alma.

Pero lo que podría venir lo demuestra la pequeña manifestación de intelectuales rojos intentando bloquear la entrada al salón donde habló la diputada venezolana de oposición María Corina Machado. Y, como ella advirtió, así sucede en Venezuela, donde la dictadura reprime y persigue con revoltosos al que disiente, a los que piensan por su cuenta o simplemente no están de acuerdo.

Habrá personas que no tienen problema en ir por la vida con un bozal amarrado, pero para la mayoría de salvadoreños eso sería insufrible. La gente debe recordar siempre los incansables esfuerzos que hace el actual régimen y el partido en el poder para tapar, censurar, negar, amenazar y restringir noticias e informaciones, a lo que se agrega negar información, no convocar a ruedas noticiosas o vetar la entrada de periodistas a instituciones públicas.

Ya es un estribillo lo de asuntos “confidenciales”, temas privados, que se pone en peligro la seguridad nacional, etcétera.

Hacen cuentas alegres

con ingresos que nadie garantiza

Las protestas por la llegada de María Corina Machado son explicables: los candidatos comunistas no quieren que los salvadoreños se enteren del desastre económico, institucional, social y político en que se ha hundido Venezuela, reflejado en la inflación galopante, las carestías de alimentos, el apagón de varias horas que paralizó gran parte del territorio, la carencia de artículos de primera necesidad como lo del papel higiénico y las toallas sanitarias, y las represiones policiales contra los opositores.

Por un lado, el profesor Sánchez ofrece anexarnos al “proyecto” Alba, un apéndice de la dictadura cubana, como él se adhiere a los despotismos representados en el Foro de Sao Paulo y se fotografía con ellos; por otro, nunca menciona a los países que con éxito se vienen desarrollando en lo económico y que han erradicado la pobreza en su suelo.

Ese es su mundo, el pequeño y desfasado mundo de las dictaduras y el control humano, donde no hay cabida para la efectiva democracia, la libertad individual y la prosperidad de la gente.

La fórmula es similar a las iniciativas sociales del actual régimen salvadoreño: repartir dinero, esta vez parte del dinero que sueñan recibir de Venezuela en momentos en que la economía de esa nación se resquebraja, como lo expuso la diputada Machado. Ni pan ni papel higiénico ni empleo como futuro…