Falta de todo en Venezuela como resultado del socialismo

Que haga falta de todo es la regla en las "economías socialistas". Es el tormento de los cubanos bajo Castro, lo fue de los nicaragüenses, en los peores tiempos del sandinismo y ocurrió en Chile, bajo Allende

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2013-05-30 6:02:00

Se presta para chistes, frases con doble sentido, dardos venenosos y toda suerte de sarcasmos, las penurias que pasan actualmente los venezolanos al quedar desabastecido el país de artículos de higiene personal, desde toallas sanitarias y papel higiénico, hasta pasta dentífrica y gotas para los ojos.

Que haga falta de todo es la regla en las “economías socialistas”. Es el tormento de los cubanos bajo Castro, lo fue de los nicaragüenses, en los peores tiempos del sandinismo y ocurrió en Chile, bajo Allende. Quien esto escribe hizo un viaje a Santiago en esos tiempos y llevó, para varios amigos, desde cepillos de dientes hasta champú.

Casi todos esos artículos que faltan en Venezuela se fabrican localmente en El Salvador o se importan de Costa Rica y Guatemala. La mayor parte de las exportaciones salvadoreñas a Centro-América, a República Dominicana y otros países, es de productos manufacturados, lo que se destaca en los galardones que periódicamente confiere Coexport a distintas empresas.

Falta todo eso en Cuba y en Venezuela porque ambos regímenes se han dado a la tarea de destruir al sector productivo, desalentar la inversión, estatizar fábricas o saquearlas con impuestos. La noción que tienen los comunistas cubanos y venezolanos, como aquí los rojos, es que fábricas y grupos industriales son perjudiciales, que “explotan” al trabajador, que no deben tener ganancias.

Pero la actitud negativa, la insultadera y los acosos no responden a la interrogante básica que la gente en cierta manera se hace cada día: si no hay productores de bienes y servicios, si se persigue al que manufactura ropa o artículos de higiene personal, ¿cómo es que las familias van a lavar su ropa, limpiar sus cuerpos, atender sus necesidades íntimas, vestir con alguna medida de gracia?

¿Están las mujeres en nuestro país listas para usar trapos en vez de toallas sanitarias, o cortar hojas de diarios (el único uso útil del diario cubano Granma) y ponerlas en un clavo en los servicios?

No se trata sólo de artículos de cuidado personal lo que hace falta en Venezuela. También hay escasez de carne, de leche, de queso, de vegetales, de mantequilla, de huevos. Y, asimismo, es cada vez más difícil encontrar ropa buena a precios competitivos.

También nosotros vamos

hacia una crisis de energía

A esto se suman los apagones diarios, pues el régimen, sentado sobre un mar de petróleo, no se ocupó, como no se ocupa el régimen salvadoreño, de ampliar la generación eléctrica. Y más temprano que tarde se genera un desbalance entre el consumo y la producción de energía.

Lo que consumimos no “crece en los árboles”, sino que es el resultado de inversiones, tecnología, buena administración y, primordialmente, de quienes dirigen y enfocan esos esfuerzos.

Las ganancias no son un robo al consumidor, sino el fruto de administrar bien los recursos, de satisfacer la demanda de los usuarios de esos productos y servicios, de la calidad y el buen diseño.

Los rojos deben recordar su estrepitoso fracaso como productores cuando, usando capital donado (no capital hecho por ellos) se metieron a fabricar muebles y zapatos en la ciudadela Segundo Montes, en Chalatenango.

Siguen fallando como productores de servicios públicos, salud y educación, donde no ponen su dinero, su capital, sino que usan recursos públicos, los dineros que el fisco recoge de los productores de verdad.