Se buscan Presidentas en América

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Katherine Cárcamo es una de las víctimas de la violencia contra las mujeres, fue asesinada por su compañero de vida. Foto EDH

Por Claudia Umaña

2018-05-24 9:50:33

En El Salvador nos encontramos nuevamente en época electoral, ahora en las primarias. Reflexionando sobre información que compartiera el politólogo Daniel Zovatto en el Foro Internacional de Análisis Político organizado recientemente por FUSADES, me pregunto ¿en donde están las mujeres presidentas en el Hemisferio?

Este es un año maratónico de elecciones, pues las ha habido o se desarrollarán en Costa Rica, Paraguay, Colombia, México, Brasil y Venezuela (en este último país es cuestionable si esa es la palabra correcta o más bien hablamos de una simulación de elección). En el ámbito salvadoreño, para fines de 2018 será el “último sprint” para la carrera presidencial cuyos resultados finales serán a principios de 2019.

Lo que está claro es que mujeres candidatas a la presidencia en El Salvador como en el resto de América brillan por su ausencia, es más, luego de la caída de Dilma Rousseff y el término del periodo de Michelle Bachelet todo el hemisferio estaría uniforme en este aspecto político.

En lo personal abogo por la inclusión de las mujeres en la política, espacios en la sociedad civil y altos puestos gerenciales y de mando en las empresas privadas, pues creo firmemente que representando las mujeres más del 50 % de la población en el país, tienen mucho que ofrecer en diversidad de pensamiento, estudios, perspectivas únicas, organización, creatividad y pasión.

Por muchos años abracé la idea que debido a que estadísticamente se encuentran menos mujeres involucradas en delitos de corrupción, posiblemente las mujeres tenían una tendencia a ser menos corruptibles y una especie de inmunidad. Luego de leer un estudio llamado “Género y Corrupción en América Latina: ¿Hay alguna conexión?”, del PNUD, comprendí que el fenómeno es multidimensional y que es importante seguir analizándolo, correr los números y evaluarlo a la luz del mayor acceso de las mujeres a los altos cargos públicos. Así que sigo esperando que más mujeres por capacidad y mérito alcancen las esferas del poder, pues nuestra representatividad es muy baja. La misma exigencia de elegir funcionarios probos, honestos y capaces debe aplicar para hombres y mujeres, que las elecciones se rijan por mérito, idoneidad, profesionalismo e integridad. Se requiere de honestidad, independencia, autoestima y temperamento para ser funcionario público.

Algún progreso ha habido en materia de participación política de la mujer en los congresos a nivel mundial, pues en el año 1995 las mujeres ocupaban el 11.3 % de los puestos parlamentarios, mientras que para junio del año 2017 había subido a un 23.3 %, lo que significa que la proporción de mujeres parlamentarias aún crece muy lentamente. De seguir esta tendencia, existiría paridad hasta el año 2050. En El Salvador, en la actualidad tenemos el 31 % de participación de mujeres en la Asamblea Legislativa, lamentablemente de 27 escaños se perdió uno en las pasadas elecciones. La cuota de mujeres que persigue la Ley de Partidos Políticos es de 30 % solo para integrar las planillas, pero no hay obligatoriedad que el resultado se logre. En esferas de discusión es tan interesante advertir que cuando se habla del tema, se suben los estándares académicos para las mujeres que en ocasiones a los hombres no se les piden.

Considero que en nuestro país se encuentran mujeres con grandes niveles de liderazgo de todas las tendencias ideológicas como para poder verlas en las fórmulas presidenciales, tal como lo han logrado otros países de la región. Admiro liderazgos como el de Laura Chinchilla, quien luego de ser Presidenta se dedica a la docencia en Georgetown University, Washington D.C., pero lamento que la primera vicepresidenta de Guatemala, Roxana Baldetti, empañara su gestión al ser procesada por delitos de corrupción por la otra mujer líder, Thelma Aldana, quien fuera Fiscal General de ese país.

Debemos reconocer que en El Salvador las mujeres cada día hacen sentir su voz, algunas mujeres como yo desde la sociedad civil, sector al que seguiré perteneciendo. No obstante, sigo anhelando que algún día nuestro país elija a la primera presidenta de la república, la más capaz, íntegra, honorable, y profesional, para que trabaje en beneficio de los salvadoreños.

Columnista de
El Diario de Hoy