¡Arriba el telón!

descripción de la imagen
La hermana del agente fue asesinada, el año pasado, en una calle del cantón Potrero Sula, en Nueva Concepción, Chalatenango. Foto EDH/ Archivo

Por René Fortín Magaña

2018-05-18 9:55:24

Se han cumplido razonablemente bien las primeras etapas para la elección de magistrados que llenarán las cinco vacantes que se producirán el 15 de julio en la Corte Suprema de Justicia.

La Federación de Asociación de Abogados de El Salvador (FEDAES) hizo llegar oportunamente al Consejo Nacional de la Judicatura (CNJ) el listado de quince candidatos para esos cargos; y el Consejo, dirigido acertadamente por la licenciada María Antonieta Josa de Parada ha completado el número total de treinta, con los quince de su correspondiente listado. Se ha cumplido así con la formalidad preliminar establecida, novedosamente, por la Constitución de 1983, con las reformas de 1991 y 1992, después de los Acuerdos de Paz. No han faltado, sin embargo, intentos de desviación, sobre todo en el listado de FEDAES, en el cual se extraviaron en el camino algunos expedientes, supuestamente seleccionados, pero que finalmente llegaron a su destino.

Son varias ya las experiencias de elección de magistrados utilizando el novedoso procedimiento constitucional, el cual técnicamente supera los sistemas anteriores, y en cada ocasión se han ido perfeccionando las evaluaciones de los contendientes, con pruebas escritas y orales, que demuestran la capacidad y la probidad de los candidatos bajo el escrutinio de la opinión pública en audiencias abiertas a la comunidad.

¡Arriba el telón! Vamos a presenciar dentro de pocos días un espectáculo cívico de primer orden en un Estado de Derecho incipiente. Falta por ver cómo se cumple la fase final en el seno de la Asamblea Legislativa con nuevos diputados entre los que florece la juventud. En ocasiones anteriores, el famoso “cuotismo” ha impedido una elección oportuna dejando acéfala la Corte Suprema de Justicia por periodos prolongados. Si en vez de elegir por cuotas, dependiendo de las alianzas, se elige por méritos, el resultado, obviamente, tendrá que ser más expedito y satisfactorio. Esperamos que así sea. Pero conociendo la idiosincrasia de algunos diputados, y el modo de actuar de algunos partidos, siempre cabe el riesgo de que tal cosa suceda. No falta quien afirma que el “cuotismo” es difícil de superar y hasta agregan que es consustancial en los organismos colegiados en aquellos casos en que ningún partido tiene la mayoría suficiente para resolver por sí mismo.

Según el artículo 131 numeral 19 de nuestra Constitución, la elección de los magistrados se debe efectuar por “votación nominal y pública” y según el 186 inciso 2° para elegir válidamente se necesitan los votos de los dos tercios del total de los diputados.

Por el bien de la República, la sociedad civil espera, por lo menos, dos cosas: que elijan pronto, y que elijan bien. Solo así, la marcha de las instituciones garantizará un gobierno ordenado, oportuno y eficaz, en beneficio de toda la colectividad, es decir dirigida hacia el bien común y el interés general.

En su célebre libro “Elogio de los jueces escrito por un abogado”, Piero Calamandrei deshoja una por una las dificultades, los problemas, los dilemas que, desde lo más profundo de sus conciencias, deben resolver los jueces y magistrados. Por supuesto que es un honor muy grande ser elegido para aplicar la justicia a los casos que tienen ante sí los funcionarios judiciales. Se necesita vocación para ello. Y, en los mejores casos, bien podemos llamarlos, con toda justicia, héroes de su profesión. Y más aún cuando saben vencer las tentaciones que rodean a los hombres probos porque, como dice Emerson, “la cola de la serpiente se introduce en todas las profesiones y actividades lucrativas del hombre”, sentencia de la cual solo nos salva el hecho de que las actuaciones de jueces y magistrados no son, no deben ser, lucrativas sino inspiradas solo en el Derecho.

Por eso, cuando un juez o un magistrado sucumbe ante la tentación, el mundo todo se estremece, la diosa Temis se arranca la venda de los ojos y hace descender la espada con todo su filo a los que, ejerciendo una función sagrada, caen en falsedad, en dependencia o, peor aún, en prevaricato.

Mas, alejémonos de los malos presagios y los nublados pensamientos. Alegrémonos con los cinco nuevos magistrados que llegarán a la Corte Suprema de Justicia, esperando que ellos sepan superar con, ventaja todos los vestigios de la justicia privada, necesariamente fundada en la venganza.

Esperamos que sigan los buenos ejemplos de la Sala de lo Constitucional, con valentía e independencia, y hagan brillar sus sentencias sin caer en interpretaciones que torturan la letra y el espíritu de las leyes. ¡Felicitaciones!, anticipadas, por nuestra parte, a los nuevos magistrados que, sin duda, harán honor no solo a sus juramentos sino a sus elevadas conciencias, esperando que no sean menos diligentes que quienes juzgaron perspicazmente al mercader de Venecia.

Abogado, exmagistrado de la
Corte Suprema de Justicia,
columnista de El Diario de Hoy