Debe ser muy difícil para las dirigencias ver las cosas de los partido políticos desapasionadamente, “desde afuera” como suele decirse. Sin embargo, esas cúpulas harán muy bien en hacer un esfuerzo lo más honesto y racional posible por intentar sopesar las alternativas que puedan revigorizarlos, no solo para beneficio de sus propias organizaciones sino también del país.
Contrariamente a lo que algunos piensan, el FMLN ni está destrozado ni es cierto que no se pueda renovar. La recomposición del gabinete que hemos presenciado en los puestos del gobierno sugiere que cambiaron, no para darle nuevo rumbo al gobierno en atención al mensaje popular de las urnas, sino para reestructurar su propio aparato partidario en función del trabajo que ya empezaron a hacer para las próximas elecciones. No hay que olvidar que, desde su perspectiva la democracia es solo una, no la única ni su preferida, de las formas de acceder al poder. Me temo, incluso, que algunos estarán felices de proponer antiguas formas de lucha y que esta ausencia de marchas callejeras de la que gozamos estos años, de ser cierto mi temor, podría terminarse.
La dirigencia deberá evaluar ese curso de acción: creo que, para la mayoría de su militancia, ya está desfasado. Es la “vanguardia del proletariado” la que debe guiar a las masas hacia estadios más altos de desarrollo, no caer en la tentación de, por agradar a algunas masitas furibundas, anquilosarse en el pasado. El país necesita un FMLN democráticamente vigoroso, verdaderamente representativo de sectores populares. Si comete el error de actuar como en un oscuro pasado, de ese error, el FMLN ya no resurgiría.
Contrariamente a lo que algunos dicen, ARENA no las tiene todas consigo para la próxima elección. El proceso de elecciones internas que estamos presenciando debe ser llevado con pinzas por su cúpula si no quieren conseguir, al final, más fracturas que unidad. De todos los partidos políticos en nuestro país, ARENA es el que más se ha acercado a un real ejercicio democrático en la elección interna de sus candidatos. Por el bien de nuestra democracia, ¡cuídenlas! Por algunas señales que se ven desde fuera, la sensación de triunfo en la que algunos de sus dirigentes y candidatos se han bañado parece estar confundiéndolos. Mucho y malamente. Quejas de manejos inapropiados de la estructura partidaria y de actos de prepotencia propia de matones de pueblo, que ya no quedan bien en estos tiempos, se han filtrado hacia el exterior de ese partido. De ser ciertos esos comentarios, auguran malos vientos para el país. Y eso sí es del interés de todos. Es labor de la cúpula de ese partido hacer entender a todos sus miembros, (masculinos y femeninos, pues parece que de esto algunas mujeres también pecan, y mucho) que no se puede volver al pasado ni en la sustancia ni en las formas. Si no lo consiguen, tarde o temprano su misma militancia (que ya no es tan fanática como antes) les pasará factura.
Contrariamente a lo que algunos creyeron, los partidos pequeños no solo no se extinguieron, sino que consiguieron crecer en esta última elección. Ni el PCN ni el PDC ni GANA ni el CD han quedado fuera del espectro político. Fruto de genuinos esfuerzos en algunos casos, de una persistente testarudez en otros y de una conveniente inercia en alguno más, los electores les han concedido un nuevo hálito de vida, bocanada de oxígeno que, para algunos, puede ser la última.
Las dirigencias de esos partidos también deberán entender seriamente que, o se arriesgan a dar pasos firmes hacia el futuro o se extinguirán prontamente. Para estos partidos el reto consiste en remozar su filosofía, en divulgarla y darle actualidad. Deberán salir de los recintos de la Asamblea y de los corrillos políticos en los que urden tratos y acuerdos o morirán. Caras nuevas, sí; pero también acciones de impacto cotidiano, ideas que entusiasmen, renovada presencia popular. ¿Quién dice que solo para las elecciones pueden aparecer por las calles? ¿Qué ley les impide impulsar mercados, clínicas, guarderías, centros de atención y servicio comunitario que operen eficientemente?
Psicólogo y columnista
de El Diario de Hoy.