Luego de las elecciones del pasado domingo 4 de marzo, podemos decir que ganó la democracia, esa característica intrínsecamente ligada a la política y a la libertad humana, que nos permite elegir a nuestros gobernantes y que países dictatoriales como Cuba, Corea del Norte no conocen desde hace mucho tiempo atrás.
Países como Venezuela y el gobierno despótico de Nicolás Maduro tienen años de mostrarnos cómo se roban las elecciones sin que nadie pueda hacer nada al respecto. Los habitantes de estos países ya no conocen lo que significan elecciones libres y democráticas; en El Salvador no vivimos ese averno político y el Domingo pasado hicimos valer nuestro derecho. Incluso personas que asistieron a dibujar garabatos, intentar comerse papeletas, pudieron hacerlo por la democracia existente que tenemos y que si ellos vivieran en los países antes mencionados lo pensarían dos veces antes de desperdiciar ese derecho al voto.
En toda contienda electoral hay ganadores y perdedores y en estos últimos podemos mencionar al FMLN quien sufrió una descomunal derrota por el principal partido de oposición ARENA. En una columna anterior hablaba sobre el hundimiento político del FMLN y mi pronóstico basado en todos los desaciertos del gobierno central en áreas como seguridad, educación, salud y su nefasta política exterior con EE.UU. que terminó con la cancelación del Estatus de Protección Temporal (TPS) pesaron rotundamente.
La lectura de varias encuestas que ubicaban al FMLN relegado a un segundo lugar corroboraban la pésima gestión gubernamental que la población castigó en las urnas el pasado domingo. Indudablemente que el partido de gobierno ha sido el perdedor de estas elecciones legislativas y de alcaldes. Así como también todos aquellos que fueron indiferentes al proceso electoral anulando su voto o quedándose en sus casas; como lo decía G.K. Chesterton “la indiferencia es un nombre elegante para la ignorancia” y en nuestro país muchas personas lamentablemente gustan de ella.
Ganó la democracia porque han nacido muchos movimientos ciudadanos como Libertad, DECIDE, movimiento 1+1, entre otros, que previo al proceso electoral se esmeraron por fomentar la cultura del debate entre los candidatos y así poder expresarles a los salvadoreños sus diversas propuestas. Estos movimientos incentivaron a la población a valorarse como ciudadanos para influir en las decisiones políticas acudiendo a las urnas.
Nuestro sistema de elección de listas abiertas nos permite el voto por rostro y voto cruzado, podemos elegir a varios candidatos de nuestra predilección. Ya no permitamos una involución en el sistema electoral que pregona el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) Julio Olivo, al mencionar que tenemos un sistema complejo de elección. Lo ideal sería que él se hiciera a un lado y le permitiera a una persona que realmente entienda el sistema y sepa cómo administrarlo para una mejor ejecución; no podemos conformarnos con la mediocridad en ningún aspecto y si un funcionario la representa es imprescindible apartarlo para evitar que contagie al resto.
Esta elección es un reto para todos los partidos políticos, para ARENA el saber potenciar su victoria hacia una consolidación de las propuestas hechas en campaña y que sean coherentes con sus principios en defender lo más importante para el ser humano que es la vida y la familia; y de ahí partir hacia un desarrollo social y económico que sea sostenible en el tiempo. Partidos como el PDC necesitan definirse mejor en sus apoyos políticos para evitar perecer, a GANA no le conviene en lo absoluto aliarse con un FMLN en cuidados intensivos… vemos un PCN fortalecido, un CD que vuelve a la Asamblea… ganó la democracia y nunca permitamos que nos la arrebaten.
Analista Político y
Columnista de El Diario de Hoy
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