Debates para destapar la demagogia

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Por Jaime García Oriani

2018-02-17 11:23:46

De vez en cuando veo un video que reúne los mejores momentos de la serie The Newsroom. Son escenas que nos ayudan a mantener la esperanza en un periodismo alejado del morbo, con principios éticos, con temas relevantes para sus audiencias, sin miedo a ser exigentes, a los riesgos que esto conlleva y a las presiones políticas o comerciales.

Uno de mis capítulos favoritos es el noveno de la primera temporada. En el canal se preparan para un debate entre los precandidatos presidenciales del Partido Republicano, realizando un simulacro con jóvenes que han estudiado a fondo a cada uno de los participantes.

Will McAvoy, periodista y presentador del noticiero, explica que será un debate distinto, porque la intención es encontrar a los candidatos que den al votante los mejores argumentos, cosa que no estaba ocurriendo en una campaña de frases hechas y mensajes vacíos.

“Las preguntas tienen que ser más duras. Hay que detener a los candidatos cuando no respondan y llamarles la atención cuando sus respuestas contradigan los hechos”, dice Will.
—Senador Santorum. Su campaña es sobre la libertad que estaríamos perdiendo. Cite tres libertades que tuviéramos antes de la investidura del presidente Obama y que ahora ya no tengamos.

—Obamacare —respondió el precandidato—. Para empezar…
—¿Ha tenido que cambiar de médico?
—¿Puedo acabar? —dijo molesto Santorum.
—No señor —afirmó tajantemente McAvoy y volvió a preguntar—. ¿Ha tenido que cambiar de médico?
—No. Ahora estoy hablando de Obamacare —contestó secamente el senador.
—Mi pregunta era: “Cite tres libertades que tuviera antes de la investidura del presidente Obama y que ahora ya no tenga”.
Tras eso, McAvoy preguntó a Gingrich.
—Usted ha dicho que si es elegido el precio de la gasolina será de 66 centavos el litro. ¿Cómo controla el presidente el precio del petróleo?
—Señor McAvoy, me parece reprobable que los medios enfrenten a los republicanos unos con otros de esta manera —reclamó el político evadiendo la pregunta.
—Son las primarias de su partido y todos optan a la nominación. No fue idea mía enfrentarles, sino suya.
Entonces, el periodista se dirigió a Ron Paul.
—Quisiera hablar de los boletines que escribió y vendió a partir de los años 90.
—Ya he dicho lo que tengo que decir: yo no los escribí —aseguró Paul.
—Llevan su nombre, su firma, ganó dinero con ellas y en 1996 las defendió en el Dallas Morning News —rebatió McAvoy.

En tiempos de desinformación, debemos ser más exigentes y escarbar para destapar la demagogia, las propuestas poco serias y las falsedades. Esto fortalece la búsqueda de la verdad y da a los ciudadanos mejores elementos para tomar decisiones.

Poco hemos visto de una campaña en la que algunos políticos huyen del debate y se enfocan más en palabrerías o en tapizar las calles de propaganda, lo cual resulta no solamente molesto, sino un menosprecio al intelecto del elector. En el caso concreto de la Asamblea, me gustaría no solo ver quién sostiene mejor sus propuestas legislativas, sino conocer claramente sobre las elecciones de magistrados de la CSJ, Fiscal General y de segundo grado.

Tenemos una segunda oportunidad: la elección presidencial. El ejercicio debería de comenzar dentro de los mismos partidos cara a sus primarias. Del FMLN sabemos lo que podemos esperar. Ojalá que en ARENA estén dispuestos a que los tres precandidatos tengan uno o varios debates de altura; esto ayudará a que sus bases elijan mejor y a ganar credibilidad.

*Periodista. Máster en comunicación corporativa. jgarciaoriani@gmail.com