Los salvadoreños deberíamos estar conscientes de las intenciones del FMLN de perpetuarse en el poder, creando un estado totalitario semejante a Cuba y Venezuela. Está claramente establecido en las recomendaciones de la asamblea general del partido, en las conclusiones del Foro de Sao Paulo y en las declaraciones de sus dirigentes. Pero hay una enorme cantidad de salvadoreños que no parecen darse cuenta de que nos está pasando lo que a la rana de la historia, que la engañaron con agua tibia y no reaccionó hasta que hirvió el líquido y no pudo salir.
Hay que abrir los ojos y darse cuenta de todas las turbias maniobras que están realizando, algunas disfrazadas de programas sociales, otras mediante acciones hábilmente manipuladas, algunas con características de inconstitucionalidad, para lograr el control total del Estado, especialmente la Sala de lo Constitucional, que como garante de mantener la institucionalidad en el país, les estorba.
El Frente ha difundido la falacia que la empresa privada es culpable de todos los males que nos aquejan y de oponerse a proyectos sociales que benefician a la gente, por lo que está eliminando la representación del sector privado de instituciones y organizaciones que lo exigen.
Funes rehusó nombrar un representante de los empresarios en nueve diferentes organizaciones, lo que ha valido a nuestro gobierno demandas a nivel internacional. Al discutirse la Ley del Agua, rechazan la participación de un representante del sector, bajo la burda acusación de que se busca privatizar el agua, para que la población más necesitada no tenga acceso al precioso líquido. Les conviene que todo sea manejado por el gobierno, para que nadie les pida cuentas de mala gestión y corrupción.
Pretendieron controlar la Siget creando 60 empresas fantasmas, de nombres folklóricos, conformadas por inocentes ciudadanos, incapaces de conocer para qué los estaban usando. Estas empresas fueron inscritas por el Ministerio de Gobernación y publicadas en el DO en tiempo récord, todas constituidas por el mismo abogado y firmadas en el ministerio.
Han logrado infiltrarse en gremiales profesionales, postulando a cuadros del FMLN como candidatos a magistrados de la Sala de lo Constitucional, mediante un cambio en el reglamento de la Federación de Abogados de ES (Fedaes) eliminando filtros para la elección de los 15 candidatos a magistrados de la Sala. Esto permitió la entrada de UNAJUD, de reciente creación, con la propuesta de 5 candidatos partidarios del FMLN. Pretenden cumplir el mandato de José Luis Merino de que esta vez no se van a equivocar sus diputados y van a configurar una Sala al estilo del Frente.
Contrario al mandato constitucional que prohíbe ser candidato a diputado a los que se desempeñen como ministros, viceministros y otros cargos allí detallados, José Luis Merino es candidato a diputado por el Frente, sin haber renunciado al cargo de viceministro, creado ad hoc para él, pero argumentando que presentó una carta de permiso, lo que le valió para que el TSE ratificara su candidatura.
El desempeño del Tribunal Supremo Electoral en las pasadas elecciones fue duramente criticado, aunque el magistrado presidente, señor Olivo, califique de exitoso. Y cuando se esperaba que renunciara luego de tantas anomalías evidentes, su actuación frente a los próximos comicios ha hecho que más del 70 % de la población desconfíe de la transparencia y eficiencia del máximo tribunal electoral.
Salvadoreños, es momento de darnos cuenta de la coyuntura que vivimos y del peligro de que por apatía o resentimientos no demos a las próximas elecciones la importancia que merecen y permitamos que el FMLN se apodere del país. HAY QUE SACARLOS DEL GOBIERNO YA.
Columnista de El Diario de Hoy