Los maestros

Un maestro es aquella persona que enseña en las aulas, pero enseña también con su vida fuera de ellas. El verdadero maestro tiene discípulos que lo siguen, émulos que quieren ser como él. Sus alumnos no solo quieren aprender de su sapiencia, de su experticia (el know how de los tiempos actuales). De estos maestros no hay muchos.

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La pobreza extrema en 2015 reflejaba 10 % y en 2016 ha aumentado a 10.4 %.

Por Jorge Alejandro Castrillo*

2017-06-23 8:03:10

Poca duda hay que en la actualidad los tres problemas más grandes de este país son seguridad, salud y educación. Por tanto, para resolverlos se necesitarán buenos trabajadores en cada una de esas áreas. En el área de la educación, por lo tanto, necesitaremos buenos maestros. No le demos más vueltas: está comprobado que la calidad de la educación depende de la calidad de los maestros. El sistema puede tener escuelas impecables, programas de estudios fabulosos, cada niño una computadora, pero si los maestros son malos, el sistema lo será.

No todos los maestros son iguales. Los hay alegres y vivaces, los hay tristes, aburridos y algunos hasta llegan a ser lúgubres. Se los encuentra también quienes son muy cultos, estudiados y estudiosos, ávidos por aprender ellos mismos, inteligentes. Otros, en cambio, son más básicos en su discurrir sea porque carecieron de oportunidades de aprendizaje en sus vidas, porque no los alimentaron bien cuando niños o porque Natura no les fue ni pródiga ni propicia. Hay algunos que pueden dictar cátedra por días enteros sin aburrir a su audiencia; en cambio, también los hay que hasta leer bien, de corrido y con entonación les resulta difícil.

Algunos gustan de la matemática, otros del lenguaje, algunos de las ciencias sociales. Hemos conocido profesores que enseñan artes marciales y disciplinas de contacto ofensivo o defensivo, deportes, artes gráficas y de diseño; los hay que viven para la enseñanza de la música, de la pintura y escultura, del ballet, del baile, de la arquitectura, de otras artes. Hay, en la actualidad, muchos apasionados por enseñar tecnologías de la información, otros por fomentar las artes culinarias y la degustación de vinos y bebidas; muchos otros siguen enamorados por enseñar habilidades que mejoran la salud y el bienestar de sus semejantes, por facilitar el conocimiento de las ciencias naturales en general; algunos se desvelan por formar conciencias, para que sus alumnos sepan discernir entre la acción justa, la correcta, la legal o la necesaria en los dilemas que la vida nos presenta a diario. Todo lo que se pueda enseñar requiere de un maestro.

Un maestro puede ser feo pero no injusto; bajito, pero no inmoral; alto pero no truhán; flaco, pero no violento; gordo, pero no vulgar; altivo pero no impaciente. Podrá el maestro ser condescendiente pero nunca contumaz; dicharachero pero no ofensivo; parco pero jamás insultante; los habrá pobres pero no en valores; ricos pero no en mezquindad.

Los profesores no son ángeles ni seres especiales. Son seres humanos como usted, como ella, como yo, que han escogido hacer un trabajo digno y exigente mediante el cual buscan hacer bien a sus alumnos en cada uno de los días en los que se encuentran en las aulas. Los maestros cometen errores, como usted, como ella y como yo, pero por ser figuras públicas, (como los políticos o los artistas de la farándula) sus errores o problemas son más vistos, más conocidos y comentados; un buen maestro lo sabe y por eso trata de no cometerlos. Pero cuando yerra, que es de humanos, trata de enmendar el yerro cuanto antes.

Hay maestros excepcionales. Son los menos. Un maestro es aquella persona que enseña en las aulas, pero enseña también con su vida fuera de ellas. El verdadero maestro tiene discípulos que lo siguen, émulos que quieren ser como él. Sus alumnos no solo quieren aprender de su sapiencia, de su experticia (el know how de los tiempos actuales). De estos maestros no hay muchos. ¡Ojalá los tuviéramos en mayor cantidad!

¡Felicitaciones para aquellos buenos maestros que tanto bien nos hicieron, que día a día, con su tesonera labor, coadyuvan diariamente a que tengamos un mejor país!

*Psicólogo
y colaborador de El Diario de Hoy.