¿Qué ganan mintiendo?

La solución está en sus manos, señores del Ejecutivo: deben primero abandonar el discurso de fantasía para iniciar un diálogo sincero con los distintos sectores, en el que se aterrice en soluciones pragmáticas a los retos que tenemos como país.

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Daniel ???El Gordo??? Quezada Fernández, transportista, dueño de un hotel de playa en La Unión. Fotos EDH

Por José Portillo*

2017-06-22 7:40:10

Vivimos en la era de la tecnología e información, donde nada o casi nada escapa del ojo público. Lejos están los días donde un político podía dar un discurso mentiroso en un cantón o fuera del país, sin que el resto de la población nos diéramos cuenta. Pero parece que algunos funcionarios siguen creyendo que el doble discurso funciona, tratan de engañar sin darse cuenta que únicamente se engañan ellos mismos.

Recientemente el vicepresidente de la República, Óscar Ortiz, dio un discurso en la conferencia del Triángulo Norte sostenida en la ciudad de Miami, donde nuevamente el Ejecutivo trató de plantear un El Salvador que no existe. No sé si el representante del Ejecutivo sabe que el gobierno estadounidense recibe de manera periódica un reporte elaborado por su Embajada sobre la situación de El Salvador. Cuando su intervención contrasta con la realidad que conocen por virtud de haber leído el reporte en mención, no solo hace un ridículo diplomático, sino también nos pone en riesgo de ser excluidos de importantes programas o ayudas.

El Ejecutivo insiste en reforzar la idea de que El Salvador ha crecido de forma sustancial económicamente hablando en años recientes, comparando maliciosamente el crecimiento actual con el del 2008 y 2009, cuando todos sabemos que la crisis financiera mundial golpeó a El Salvador y sus socios comerciales en esos ejercicios fiscales. Es decir, la mera comparación de lo actual con esa época es un insulto a la inteligencia. La realidad es que entre 2008 y 2016 somos el país que menos ha crecido en el Istmo. En dicho periodo el crecimiento acumulado de los países de la región es el siguiente: Panamá 64 %, Nicaragua 38 %, Costa Rica 32 %, Guatemala 29 %, Honduras 24 % y El Salvador 11 %. Los números hablan por sí solos.

También se quiere hacer pensar, como dijo el vicepresidente Ortiz en su discurso, que hay avances en materia de seguridad en años recientes, cuando 2015 y 2016 han sido los años más violentos desde la firma de la paz y 2017 no da señales consistentes de cambio. De hecho existe una medición anual de muertes violentas por cada 100,000 habitantes; para 2016 estos son los datos de algunos países del Continente: Chile 3.6, Costa Rica 12, Guatemala 27, Honduras 59 y El Salvador 81. Es decir, durante 2016 por cada 100,000 habitantes fueron asesinadas 3 veces más personas en nuestro país que en Guatemala. Hablar de avances es un insulto a los dolientes. Ni el sol ni el dolor se tapan con un dedo.

No sé si la cúpula en el poder entiende que lo que esperamos los ciudadanos es que nuestros gobernantes estén conectados con la realidad. La época de cambiar espejitos por oro ya pasó. Intentar a punta de publicidad cambiar la percepción de la situación actual tampoco funciona. Si no me creen, lean la última encuesta de la UCA donde 70 % de la población dice que la economía ha empeorado, 61.8 % opina que la violencia ha aumentado y 62.4 % de la población dice que el Presidente no ha cumplido sus promesas de campaña.

La solución está en sus manos, señores del Ejecutivo: deben primero abandonar el discurso de fantasía para iniciar un diálogo sincero con los distintos sectores, en el que se aterrice en soluciones pragmáticas a los retos que tenemos como país. Por supuesto que podemos trabajar juntos; no es difícil trazar un plan de trabajo conjunto si hay verdadera voluntad. Pedir ayuda o buscar consensos no es muestra ni de debilidad ni de fracaso; por el contrario, demuestra carácter y madurez.

*Colaborador de El Diario de Hoy.
@jpelsalvador.