Cediendo el paso…

Frente a todos estos riesgos e incomodidades, y poniéndome, en el lugar y del lado de los pasajeros, me mantendré en mi decisión de siempre cederles el paso a los microbuses y buses...

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Gabriel Salazar "El Turrón" conversa con el representante de Omnilife.

/ Foto Por Eduardo Alvarenga

Por Pedro Roque*

2016-02-20 5:40:00

El jueves de esta semana, un poco antes de las seis de la mañana, faltaron unos centímetros para tener un accidente con un microbús de los que vienen por la autopista de Comalapa y entran en la calle procedente de los Planes de Renderos… Después del susto y ya alineado detrás del microbús en la cola que se forma en esa zona por la estrechez del puente que esta al final de la calle… Al ver la cantidad de gente que iba dentro del microbús, “completamente repleto”, decidí, a partir de ese momento, ceder siempre y amablemente el paso a los buses y microbuses…

Por las siguientes razones: Son más grandes y más pesados que mi vehículo y en un accidente sufrirá más daño mi vehículo… Supongo que no tienen seguro y en caso que hubieran daños, los gastos correrán por mi cuenta… Para el caso que hubiera heridos, como de costumbre, el motorista y el cobrador huirán y me quedaré solo con el problema…

Pero en realidad, mi decisión es por solidaridad con los pasajeros del microbús y los buses… Yo viajo hacia el trabajo solo y cómodo en mi vehículo que está en buenas condiciones y asegurado y el camino forma parte de una rutina agradable en la que escucho música o la emisora que me gusta…

La gente que viaja en microbús y buses, viajan muy incómodos, sobre todo en las horas de mucho tráfico y además la mayoría de buses y microbuses no están en buenas condiciones de mantenimiento y es muy arriesgado viajar en ellos. Me imagino el sufrimiento de los pasajeros cuando ven la falta de respeto y agresividad de los motoristas saltándose las reglas básicas del reglamento de tránsito, como exceder la velocidad y pasar los semáforos en rojo.

Lo mismo que yo, los pasajeros de los microbuses y buses quieren llegar sanos y temprano a su trabajo, y corren continuamente el riesgo, a que suba un delincuente y les robe, o incluso, se produzca un tiroteo, sean testigos de un asesinato y sufran el pánico que se produce en un asalto. Si hubiera accidente, resultan golpeados y no están cubiertos por el seguro social, los llevaran a los hospitales nacionales donde según las noticias, los pasillos están llenos de enfermos y no hay medicamentos… Y si además abordan una unidad con un motorista enojado o haya consumido algún estupefaciente, el riesgo se multiplica…

Frente a todos estos riesgos e incomodidades, y poniéndome, en el lugar y del lado de los pasajeros, me mantendré en mi decisión de siempre cederles el paso a los microbuses y buses…

No sé como ve usted mi decisión, pero si piensa como yo, lo invito a que también ceda amablemente el paso a los microbuses y buses, con lo que, además de reducir el riesgo propio y de otras personas, fluirá mejor el tráfico, pues en casi todas las “trabazones”, además de por el exceso de vehículos, casi siempre hay un microbús o un bus involucrado en su lucha continua de pasarle al que va adelante y que no les pase el que viene atrás… 

Pues sí… ¡En este trafico caótico es mejor ser prevenido!

*Ingeniero.
Columnista de El Diario de Hoy.
www.centrodecalidadyproductividad.com