¿Es el dinero el origen de todos los males?

Sabias palabras, grandes lecciones. Su dinero hablará por usted: de su éxito logrado con honestidad y sacrificio, o de su bajeza y mala conducta si es mal habido

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elsalvador.com

Por María A. de López Andreu*

2016-01-01 5:43:00

“El dinero maldito” (Alberto Masferrer). “El dinero es el estiércol del diablo” (Basilio el Grande). “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, a que un rico entre en el Reino de los Cielos” (Mateo 19, 24). Y, temiendo los discípulos,  que nadie podría salvarse, Jesús añadió: “Para los hombres es imposible, pero no para Dios”. (Monseñor Fabio Colindres, en su homilía del 11/10/2015, explicó que “aguja” era una puerta estrechísima colocada en las murallas que defendían las ciudades antiguas, donde podía pasar una sola persona, evitando que los enemigos se colaran a la ciudad.)

Estas valiosas enseñanzas se utilizan, tristemente, para sembrar odio de clases. Pero, ¿qué es el dinero? 

Ayn Rand, en “La Rebelión de Atlas”, por boca de Francisco d’Anconia, lo explica en más de siete páginas de letra menuda. Copio solamente algunos conceptos:

“¿Así que piensa que el dinero es el origen de todos los males? ¿Se ha preguntado alguna vez  cuál es el origen del dinero?
 
El dinero es sólo un instrumento de intercambio que no puede existir, a menos que existan bienes y personas capaces de producirlos. (…)  No es instrumento de los pordioseros, que exigen llorando el producto del trabajo ajeno, ni de saqueadores que lo arrebatan por la fuerza; el dinero se hace sólo posible gracias a quienes producen. (…) El dinero le permite obtener por sus bienes y su trabajo lo que vale para los que lo compran, pero no más que eso. El dinero sólo permite tratos que se hacen en beneficio mutuo, según el libre juicio de ambas partes. (…)

El dinero no comparará la felicidad para quien no sepa qué desea; no le dará un código de valores a quien haya rehusado adoptarlo, ni proporcionará un propósito a quien haya eludido la elección. (…) El dinero no brindará inteligencia al estúpido, ni coraje al cobarde, ni respeto al incompetente. (…) El dinero exige las más elevadas virtudes para conseguirlo o conservarlo. (…) El dinero es un medio tan noble que no compite con las armas, ni pacta con la brutalidad. Nunca permitirá sobrevivir a un país basado parcialmente en la propiedad y parcialmente en el robo. Siempre que aparecen elementos destructores entre los humanos, comienzan destruyendo al dinero porque éste es la protección del hombre y la base de su existencia moral. (…)

El dinero es su medio de supervivencia. El veredicto que pronuncie sobre su fuente de subsistencia es el mismo que pronuncia sobre su vida. Si la fuente es corrupta, está condenando su propia existencia. En tal caso, su dinero no le proporcionará ni un momento de felicidad, pues todo lo que compre no será un elogio hacia su persona, sino un reproche, no un triunfo, sino un constante recordatorio de la vergüenza.

Entonces gritará que el dinero es malo. ¿Malo porque no le deja disfrutar de su corrupción? ¿Es esta la causa de su odio hacia el dinero?”

Sabias palabras, grandes lecciones. Su dinero hablará por usted: de su éxito logrado con honestidad y sacrificio, o de su bajeza y mala conducta si es mal habido. Por eso, no lo desprecie, no lo envidie, no lo idolatre, sino cuídelo y úselo para el bien. Y no deje que le infundan odio de clases.

Que Dios esté con nosotros en 2016
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*Columnista de El Diario de Hoy.