Johnny: El llanero solitario

Johnny Wright ni siquiera ha violado ninguna ley, ni reglamento, simplemente ha expresado sus puntos de vista.  Hoy por hoy el joven diputado cabalga en la llanura parlamentaria como el Llanero Solitario

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Al centro el coordinador de Derechos de los Inmigrantes, del Servicio Mundial de Iglesias, Rev. Noel Anderson. 

/ Foto Por elsalv

Por Marvin Galeas*

2016-01-08 8:38:00

Escribo esta columna, que quede bien claro, no para apoyar o criticar las puntos de vista del joven diputado Johnny Wright. Apoyo su valiente actitud de decir las cosas que piensa, y de actuar de acuerdo a lo que su conciencia le dice y no lo que le ordenan, indican o “aconsejan” los líderes oficiales y oficiosos de su partido. 

Al fin y al cabo los diputados son representantes del pueblo, y su compromiso es con sus electores de acuerdo a la Constitución. El disenso, como se ha dicho tantas veces, es el signo característico de la democracia. El Consenso es aplaudible solo cuando se logra en base al trabajo de convencer, negociar de manera transparente y construir proyectos e ideas en beneficio del conglomerado. 

El consenso impuesto es el signo de la dictadura. En el caso específico del fiscal Johnny Wright no se opuso a su elección, simplemente se abstuvo. Me imagino que lo hizo porque no tenía la suficiente información que sustentara su voto. La reacción de la respetable diputada doña Milena Calderón de Escalón, a quien le guardo un aprecio personal muy especial, no se hizo esperar.

Y como sé que la diputada es una persona razonable, experimentada e inteligente, me atrevo a preguntarle ¿Es esa regañada pública lo que los futuros votantes, cada vez más educados, más exigente y antiautoritarios, esperan de un partido político moderno y democrático? Eso de que “si se quiere ir del partido que se vaya”, ¿ no le suena muy parecido a “¿estás con nosotros o contra nosotros”? 

El aferramiento y apego acrítico a todo tipo de creencias: sean religiosas, ideológicas, políticas, raciales e incluso deportivas, ha dejado un reguero de muertos en la historia de la humanidad. No me atrevería a decir que doña Milena es una persona intolerante. La conozco como una persona que al mismo tiempo que defiende con temple sus principios sabe también construir consensos, como es el caso mismo de la elección del fiscal. 

Sin embargo me parece, y lo digo con todo respeto, que su reacción a la decisión personal del diputado Wright, a la cual tiene derecho, es una forma de hacer política que cada vez conecta menos con los futuros electores, los del 18 y del 19. Electores que, como dijo, un joven, nacieron con el smartphone en la mano y aspiran a vivir en un mundo mejor, sin autoritarismos, ni imposiciones de ningún tipo, lo cual no es sinónimo de libertinaje y relajo, sino de respeto a las ideas de otros. 

La vez que escribí sobre el diputado Wright cuando dijo estar de acuerdo con el matrimonio unitario, recibí notas de amigos y enemigos y hasta menciones en columnas de personas a las que respeto, aprecio y de las cuales aprendo. En sus notas me decían me trataban de convencer sobre el porqué oponerse al matrimonio entre personas del mismo sexo, y al aborto en cualquier circunstancia. 

Pero que yo recuerde en la mencionada columna yo no expresé mi opinión sobre esos temas tan delicados. Simplemente expuse mi apoyo a que alguien diga su posición sin tratar de sintonizar con los demás solo para quedar bien. En lo personal creo en Jesús como el Hijo de Dios y trato, con mucho esfuerzo, de vivir de acuerdo a sus enseñanzas. 

Pero el mismo Jesús, en una muestra insuperable de tolerancia, dijo a los que querían apedrear a la ramera: “Quien esté libre de pecado, que lance la primera piedra”. Pero Johnny Wright ni siquiera ha violado ninguna ley, ni reglamento, simplemente ha expresado sus puntos de vista. Hoy por hoy el joven diputado cabalga en la llanura parlamentaria como el Llanero Solitario. 

 Pero sospecho que fuera de ese augusto y honorable recinto, hay muchos que apoyan, no necesariamente sus posiciones, sino su actitud franca y consecuente con su conciencia y sus ideas. Para consolidar nuestra democracia nuestra sociedad necesita mucha franqueza y valentía a la hora de expresarnos.
    
*Columnista de El Diario de Hoy