La integración es el camino

Nuestro bloque histórico natural lo encontramos hoy en día en el SICA. Somos un territorio privilegiado que conecta el Norte con el Sur y al Atlántico con el Pacífico

descripción de la imagen

De acuerdo al experto el país atraviesa una situación en donde “o nos ayudamos mutuamente o nos hundimos juntos”.

/ Foto Por William Martínez

Por Hugo Martínez*

2016-01-28 9:00:00

Asistimos a una tendencia mundial clara: nunca antes en la historia de la humanidad habían aflorado tantos bloques de países como en la época que estamos viviendo. A la consolidación de algunos agrupamientos históricos se suman la emergencia de otras iniciativas muy dinámicas ya sean de carácter intra o intercontinental.

 Dada la complejidad creciente de nuestro globo, dado el tamaño de nuestros desafíos; sería difícil imaginar un movimiento en una dirección diferente. Sería algo así como desafiar las leyes de la historia y nadar contra corriente. 

 Si bien es cierto, hoy día contamos con agrupamientos de diferente naturaleza, es importante remarcar que los bloques históricos que han avanzado significativamente son aquellos que son parte de un mismo continente, región o subregión. Es decir, que se encuentran en un espacio geográfico afín, tal es el caso de la Unión Europea y el Sistema de la Integración Centroamericana(SICA). Este último, de acuerdo a lo que establece el Protocolo de Tegucigalpa, tiene como objetivos la realización de la integración centroamericana para constituirla como región de paz, libertad, democracia y desarrollo, siendo por lo tanto desde su fundación un proceso multidimensional.

Por otra parte, independientemente de su naturaleza, los diferentes grupos de países han enfrentado con el devenir del tiempo marcadas diferencias sobre temas complejos; sin embargo, esto no ha sido obstáculo para avanzar en los temas comunes, ni mucho menos ha sido motivo para que un país o varios abandonen los esfuerzos integracionistas.

 Nuestro bloque histórico natural lo encontramos hoy en día en el SICA. Somos un territorio privilegiado que conecta el norte con el sur y al Atlántico con el Pacífico. Somos un espacio de encuentro de diferentes expresiones culturales, sociales, políticas y económicas, pero con denominadores comunes que nos hacen franquear algunas barreras que son muy fuertes para otros agrupamientos de países.

 Los países que integramos el SICA somos vistos por nuestras contrapartes como un todo. Hoy día, a muy pocos les podrá interesar negociar con un mercado de 5 ó 10 millones de potenciales consumidores pero sí con los 54 millones que forman parte del Sistema de la Integración Centroamericana. Es por esa razón que han ido quedando atrás las negociaciones bilaterales y hemos avanzado a los acuerdos regionales.

 La tendencia mundial es también a buscar acuerdos integrales donde, si bien es cierto, el comercio conforma una parte esencial, también es cierto que cada vez cobran más relevancia el diálogo político y la cooperación. Y es que las relaciones intrabloques o interbloques  hace mucho tiempo que evolucionaron de una visón seccionada o monotemática a una visión que involucra diversos componentes; así por ejemplo, al día de hoy contamos con un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, que es único por ser el primero de región a región y por comprender tres pilares: diálogo político, cooperación y comercio.
 
 Muchos procesos de integración han comenzado desde el ámbito de lo económico y comercial, pero en su evolución se han ampliado y complejizado, pasando a comprender  un mayor número de componentes; este es no solamente el caso de la Unión Europea, sino también del proceso de integración centroamericana.

Por eso es que resulta difícil comprender la participación de un Estado Miembro en solo una parte del proceso y sistema de la integración de la región, pues como bien lo acordaron nuestros antecesores en 1991, para lograr que la región se constituya en una región de paz, libertad, democracia y desarrollo se deberán coordinar y realizar acciones, no solamente en el ámbito económico-comercial; sino también el ámbito político,  de la seguridad, cultural, preservación del medioambiente, entre otros.
 
El camino está claro, no podemos dejarnos llevar por coyunturas, pensemos estratégicamente, veamos el mediano y largo plazo, hagamos de Centroamérica una gran nación y sigamos como países miembros del Sistema de la Integración Centroamericana, cumpliendo los compromisos que adoptamos, trabajando juntos y asumiendo con responsabilidad la búsqueda de la Paz, Democracia, Libertad y Desarrollo como un todo armónico, como visionariamente quedó reconocido en el Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos.
 

*Ministro de Relaciones Exteriores.