Nuevos vientos en la otra Sala

Son nuevos vientos de decencia, de honradez y de intolerancia con la corrupción que deben transformar por completo la manera de impartir justicia

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Por Humberto Sáenz Marinero*

2015-12-16 7:51:00

En los últimos años hemos sido testigos del protagonismo bien ganado de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, pero también hemos sido testigos del protagonismo paralelamente perseguido por la Sala de lo Contencioso Administrativo. Y si bien existen otras dos Salas que igualmente forman parte de la estructura de la Corte Suprema de Justicia, son estas dos las que más han dado de qué hablar a propios y extraños.

Sin desmeritar, por supuesto, la importancia que tienen cada una de las Salas de la Corte Suprema de Justicia, lo cierto es que la “otra Sala” – como muchos le llaman – tiene un rol fundamental. La ley de la materia señala que a la Sala de lo Contencioso Administrativo corresponde el conocimiento de las controversias que se susciten en relación con la legalidad de los actos de la Administración Pública. A esta šotra Salaš le compete examinar la legalidad de las actuaciones de la administración que sean impugnadas, a fin de determinar si el acto fue emitido conforme a Derecho o por el contrario, se encuentra afectado por un vicio que determina su invalidez.

Y no existiendo, hoy por hoy, tribunales de primera ni de segunda instancia que conozcan sobre esta misma materia, la Sala de lo Contencioso Administrativo se erige en la única autoridad que en sede judicial puede defender al ciudadano contra actos de la administración que se han producido al margen de la ley. 

Siendo innegable su importancia, ha sido más que lamentable que las actuaciones de la Sala de lo Contencioso Administrativo en el pasado reciente, hayan generado entre los operadores del sistema judicial, una percepción de irregularidad permanente en la misma.

Para nadie es un secreto que desde hace algunos años, ha sido en esa Sala donde más han existido problemas de mora judicial, de cambios radicales y constantes de líneas jurisprudenciales, de resoluciones extrañas con escaso fundamento jurídico, de decisiones adoptadas por magistrados que han tenido evidentes conflictos de interés y hasta de conformación de feudos al interior de la Sala, que mucho mal han hecho a la impartición de justicia en nuestro país.

Todavía más grave, el enfrentamiento que por varios meses existió con la Sala de lo Constitucional, propició muchas resoluciones cuestionables, alejó a esa Sala de manera importante de su real cometido y contribuyó a crear un ambiente sumamente tenso en el seno de la Corte Suprema de Justicia. 

Pero nuevos vientos soplan luego de que esa y las demás Salas fueran reestructuradas. Hace unos    días la magistrada presidenta de la Sala de lo Contencioso Administrativo, efectuó declaraciones públicas en las que comentaba que se había iniciado un proceso de transformación de esa Sala; y al parecer se ha partido de lo que todos sabíamos que debía transformarse.

La magistrada presidenta, doctora Dafne Sánchez, ha explicado que se ha iniciado un proceso de reorganización del personal de la Sala de lo Contencioso Administrativo, que se han dado a la tarea de reclasificar el trabajo para agilizar las resoluciones y combatir la mora judicial. Ha dicho además que se han comenzado a asignar colaboradores por áreas de especialización, y también ha anticipado que existirán cambios de criterios importantes como en el tema de las nulidades absolutas, nulidades de pleno derecho, recursos no reglados, cómputo del plazo para la interposición de la acción contenciosa administrativa y la adopción de medidas cautelares, por mencionar algunos.

Reconociendo la existencia de avances importantes que también están ocurriendo a nivel de Corte plena, las transformaciones anunciadas en la Sala de lo Contencioso Administrativo se reciben con total satisfacción. Los administrados necesitamos un tribunal judicial profesional, imparcial, independiente y de altura académica, que pueda resolver con prontitud las denuncias de ilegalidades cometidas por la administración pública; los administrados necesitamos magistrados y colabores probos en la “otra Sala”.

Son nuevos vientos de decencia, de honradez y de intolerancia con la corrupción que deben transformar por completo la manera de impartir justicia. De manera más evidente y al menos hasta el momento, esos vientos ya han llegado a la Sala de lo Contencioso Administrativo; ojalá esté ocurriendo lo mismo con todas las Salas que conforman la Corte Suprema de Justicia.

Desde luego que estas transformaciones anunciadas son apenas el inicio de un proceso que seguramente tomará su tiempo. Lo importante es que ya inició y que los ciudadanos sabemos que de dársele continuidad, en algún momento veremos sus frutos; ya los vimos cuando algo parecido dio inicio en la Sala de lo Constitucional. 

*Colaborador de El Diario de Hoy.
hsaenz@saenzlaw.com