La mejor campaña de Relaciones Públicas

Uno de los más grandes regalos para nuestros hijos será inculcar en ellos y para siempre el gran hábito por la lectura. Hará de ellos, estoy convencido, mucho más que buenos profesionales o tecnócratas

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elsalvador.com

Por Marvin Galeas*

2015-11-28 7:19:00

A mi hija Raquel, que ahora dirige By Side, Agencia de Relaciones Públicas, le conté esta historia: “Hace casi una década una de las más grandes emisoras de tarjetas de crédito de los Estados Unidos, lanzó una campaña de imagen corporativa que conmocionó el mundo de las comunicaciones estratégicas. Con el nombre de “Léeme un cuento”, un autobús recorrió en 45 días más de 60 ciudades en donde leyeron a millones de niños más de tres millones de cuentos. Con ello la compañía estimuló de una manera creativa el hábito de la lectura en los niños en edad escolar.

En una época marcada por los juegos electrónicos, el video y las redes sociales, es necesario creo, estimular como nunca antes la lectura en nuestros hijos. Pero no de cualquier lectura. Hay tantos libros, que debemos animarlos a la gran literatura, a los clásicos de todo el mundo. Es a través de la gran literatura que se nos abre el mundo y la condición humana. La que nos ayuda a plantearnos las grandes y eternas interrogantes y cuya búsqueda de respuestas ha sido el motor del avance de la humanidad a través de los siglos. 

Es maravilloso cómo los grandes escritores, hombres y mujeres, han hecho de sucesos cotidianos, portentosos ejemplos de la literatura universal: estos ejemplos los he contados en otras ocasiones. Pero vale la pena recordarlos, para los que llegaron tarde: Un pintor loco de pasión y de celos mató a puñaladas a su amante. En su declaración, el pintor confesó el horrendo crimen. Dijo no arrepentirse. La mujer asesinada era la esposa de un acaudalado terrateniente de avanzada edad y completamente ciego.

Un estudiante asesinó a hachazos a una anciana que se dedicaba al negocio del préstamo a interés. La policía confirmó que el motivo del asesinato fue el robo. El estudiante se ha convertido en uno de los más buscados. Se sospecha que vive con una prostituta de nombre Sonia.

Dos jóvenes adolescentes tomaron la fatal decisión de quitarse la vida. Las autoridades especularon que el motivo de la doble tragedia era de orden pasional. Trascendió que las respectivas familias de los “ahora occisos” estaban enemistadas desde hace varios años, por lo que se trataba de “rencillas personales”.

Un anciano y su acompañante resultaron gravemente heridos luego de que un grupo de pandilleros los atacó a pedradas. Los pandilleros aseguraron que fue el anciano quien los atacó primero a garrotazos, mientras hablaba a gritos palabras incomprensibles. La versión resultó muy difícil de creer para las autoridades. 

Los anteriores son episodios que, alguna vez y en algún lugar, pasaron y que siguen ocurriendo de manera cotidiana en nuestro violento planeta. Insumos para la crónica roja. El lector de periódicos los leerá, si acaso, sin mayores emociones, acostumbrado ya a ese tipo de hechos y notas sangrientas. 

Pero hubo quienes encontraron en esos hechos violentos y trágicos elementos y valores eternos, que perduran por los siglos y que por los siglos inquietan a la humanidad. Ellos aprehendieron esos elementos y valores y nos contaron los hechos de una manera tal que nos cortó el aliento. Nos conmovió profundamente, nos hizo estremecernos en cada párrafo y meditar largamente sobre la condición humana.

En el caso del pintor asesino, la novela es “El Túnel”, el protagonista Juan Pablo Castel y el autor Ernesto Sábato. En el del estudiante, la novela es “Crimen y Castigo”, el protagonista Rodion Romanovich Ras-col-ni-koff y el autor es Fiodor Dostoyevsky. Como ya habrán advertido, los jóvenes que se mataron son Romeo y Julieta, un clásico de William Shakespeare. Finalmente, el anciano es Don Quijote de la Macha de Miguel de Cervantes.

Y es que, como dice Sábato, la literatura no es un pasatiempo. Se trata de la manera más acabada para conocer la condición humana. Es la capacidad de encontrar los valores eternos que hay en aparentes sucesos sin importancia alguna, el dominio del lenguaje y la pasión, lo que producen los grandes novelistas. Uno de los más grandes regalos para nuestros hijos, será inculcar en ellos y para siempre el gran hábito por la lectura. Hará de ellos, estoy convencido, mucho más que buenos profesionales o tecnócratas. Raquel está ahora más convencida que las Relaciones Públicas no tienen por qué ser asunto de trivialidades.

*Columnista de ElDiario de Hoy.