Invisibles, nunca más

Entienden tanto de política, que saben que la corrupción a todo nivel, en todas partes y en todos los tiempos, ha sido una de las causas del desastre que vivimos

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Abriendo Espacios para la Prevención de la Violencia es el nombre del proyecto que ejecutarán la organización sin fines de lucro TECHO, junto a las mpresas Tigo y Scotiabank y el Proyecto SolucionES. / Foto Por Omar Carbonero

Por Luis R. Portillo*

2015-10-07 7:00:00

Todos estamos expuestos a la violencia en nuestro país, pero para los jóvenes, hay más retos que solo sobrevivir. Para los jóvenes, el reto es ser invisibles. 

La estigmatización que se ha hecho en nuestro país de la juventud, está causando que vivir para un joven en realidad sea sobrevivir. Hemos llegado a sospechar que cada joven que viste de una forma específica o usa su pelo de manera particular es un marero. Esto les obliga a ser camaleones sin querer serlo. 

La mayoría de jóvenes no son mareros y viven perseguidos por esa generalización que se hace. Pero la persecución o estigmatización la hacen todos, los mareros atacan a los jóvenes, ya sea porque creen que son de una mara contraria o porque les quieren reclutar. Para evitar morir a manos de una mara que los pudiese confundir con un marero de la clica contraria, los jóvenes tienen que pensar cuidadosamente cómo llevan su pelo, el tipo, color e iconos en su ropa, antes de salir a la calle. El riesgo de llevar un color o un tipo de ropa “equivocado” es la muerte. ¿Cuál es la solución que encuentran los jóvenes para salvar su vida? Volverse invisibles para los mareros. 

Pero también, los jóvenes enfrentan otra amenaza. Esta es la marginación que hace la sociedad cuando por su apariencia o la música que escuchan les marcan como mareros. Los jóvenes tienen que encasillarse y cumplir con ciertas normas de comportamiento para no ser señalados. Esto les afecta en la obtención de empleo y el crecimiento económico que todos anhelamos. Muy probablemente, más de alguien ha reaccionado equivocadamente al ver a un grupo de jóvenes que se le acerca, a lo mejor tomó su cartera con fuerza, se quitó el reloj o escondió su celular. Este tipo de reacciones son captadas por los jóvenes y se sienten acorralados entre una sociedad que los rechaza y una mara que los amenaza. 

Que no extrañe la “apatía” de los jóvenes en participar en política y en votar. El sistema actual les ha fallado y abandonado a una vida en donde ser invisible, es la alternativa para sobrevivir. Los jóvenes están constantemente preocupados por el futuro inmediato que no les permite subir la cabeza y ver la avalancha de problemas que se siguen sumando a nuestro país. Sin embargo, no tenemos que pensar que la poca participación en los eventos electorales, significa que no entiendan de política. Todo lo contrario, entienden perfectamente que el espectro político actual no ofrece soluciones ni ideas que les vayan a sacar de su situación actual, y prefieren abstenerse de votar por el partido “peor es nada”. 

Entienden tanto de política, que saben que la corrupción a todo nivel, en todas partes y en todos los tiempos, ha sido una de las causas del desastre que vivimos. Están claros que el combate a la corrupción no es cuestión de izquierdas o derechas, sino de ciudadanos unidos por amor a la patria. Es por esto que serán los jóvenes los que levantarán su voz en contra de la impunidad y gritarán con todas sus fuerzas ¡BASTA YA! Invisibles, ¡NUNCA MÁS! 

*Colaborador de El Diario de Hoy. 
@luisportillosv