El tiroteo de Ayutuxtepeque

Es lógico pensar que personas que le hicieron tanto daño al país, ahora traten de desvincularse de la grave situación que nos aqueja, pero sorprende el nivel de cinismo que evidencian en sus argumentos y posturas

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En la imagen se observa conversando a los diputados de ARENA, René Portillo Cuadra (izquierda) y a Donato Vaquerano (derecha). / FOTOS EDH/ Omar Carbonero

Por Carlos Ponce*

2015-10-27 7:54:00

El fin de semana pasado, se registró un prolongado enfrentamiento entre un grupo de pandilleros y un amplio despliegue policial en Ayutuxtepeque. Varios pandilleros fueron sorprendidos por un carro patrulla de la PNC que fue alertado sobre el homicidio de Moisés Abraham Hernández Ruiz. Según la versión oficial, los victimarios, vistiendo uniformes policiales y portando armas largas, sacaron a la víctima de su casa y lo asesinaron frente a su familia. Al ser intervenidos por el patrulla, inició una persecución que terminó con el despliegue de unidades tácticas de la PNC, tres pandilleros muertos y cuatro capturados.

El intercambio de disparos entre los delincuentes y policías duró varias horas. Las redes sociales se inundaron de imágenes y videos en los que se escuchaban disparos y se observaba el helicóptero de la PNC sobrevolar la zona. También circularon los rostros temerosos de residentes del lugar, mientras huían para llevar a sus familias a un lugar seguro. Además, se difundieron fotografías de policías tácticos mientras avanzaban, agregando así adrenalina a la conmoción en las redes.

Las opiniones alrededor del incidente, sin embargo, no estuvieron en la misma sintonía. Algunas, influenciadas por el crítico estado de la seguridad pública y la aparente apatía del oficialismo, criticaron que le tomara a la policía varias horas al grupo de pandilleros. Otros, identificados con el trabajo policial, adversaron dicha postura y un grupo, evidentemente plegado al gobierno, aprovechó la situación para fustigar a quienes hicieron comentarios en contra de la PNC.

El tiempo que tardó la policía en desarmar y detener a los pandilleros es, en cierto sentido, irrelevante. Hay muchas variables que intervienen en ese tipo de operación que hace el utilizar qué tanto duró el enfrentamiento como criterio para formular inferencias sobre la efectividad de los equipos tácticos, sea un método simplista y, por lo tanto, inadecuado. Además las unidades tácticas de la PNC, creadas hace muchos años, poseen un nivel de pericia envidiable. Muchos de sus integrantes han sido instructores a nivel internacional. 

La pericia de las unidades tácticas no es lo que tenemos considerar al analizar cuánto duró el incidente, sino el nivel de organización y sofisticación alcanzado por las pandillas en los últimos años. He leído y escuchado comentarios de las personas que diseñaron y participaron en la negociación entre el gobierno y cabecillas pandilleros, conocida como “la tregua,” asegurar que ese período en que se cambió la forma de interactuar entre criminales, funcionarios y políticos, no implicó un fortalecimiento de la estructura, organización y capacidades de los grupos criminales. 

Es lógico pensar que personas que le hicieron tanto daño al país, ahora traten de desvincularse de la grave situación que nos aqueja, pero sorprende el nivel de cinismo que evidencian en sus argumentos y posturas. La humildad y honestidad son virtudes que no todos tienen la bendición de poseer. Solamente personas responsables, honorables y genuinamente preocupadas por el país, tendrían el valor y temple para poder aceptar el monstruoso error que representó lo que en un momento determinado llamaron “un experimento” y, de esa forma, contribuir a que se plantee una lectura correcta del monstruo al que se enfrenta el país, ese que muchos advertimos resultaría de la oscura iniciativa impulsada por el gobierno de Mauricio Funes. 

Sin embargo, ese escenario ideal no es una realidad en el país. Cada funcionario o persona involucrada, tiene intereses particulares que antepone a los del resto. La ciudadanía, especialmente los generadores de opinión y líderes de importantes sectores sociales, no deben de olvidarse de cómo hemos llegado a la actual crisis, ya que solo de esa forma, teniendo claro qué camino nos llevó a esto, es que podremos contribuir a que se diseñen políticas, iniciativas y abordajes que nos saquen de este hoyo.

*Criminólogo.
@cponce_sv