El ahorro y las remesas en El Salvador

Es decir, como cualquier estudiante sabe, o debe saber, la demanda por consumo es la base de las decisiones de invertir. Nadie invierte nada si no hay demanda, y el consumo es parte de la demanda

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Foto Por edhdep

Por Manuel Hinds*

2015-09-03 7:45:00

De vez en cuando vuelve a pasar. ¡Alguien dice que los ahorros de El Salvador son negativos, y que las remesas solo aumentan el consumo y no la inversión! ¡Y hay gente que les cree, no sabiendo que el decir lo primero representa una muestra de ignorancia del uso de los diferentes conceptos de las cuentas nacionales, y decir lo segundo ignora el efecto de la demanda por consumo en la inversión! Pero mucha gente entra en pánico, creyendo que la situación económica del país es peor de lo que es. 

Para captar de lo que estamos hablando, piense que usted es una persona que gana 100 dólares al año y que recibe de sus parientes en Estados Unidos remesas por 20 dólares. En estas cifras, el Producto Interno Bruto (PIB)    que usted produce es igual a su salario, es decir, 100 dólares. Pero sus ingresos son 120, porque incluyen las remesas. Es de estos ingresos totales que usted paga su consumo y ahorra. Ahora asuma que usted decide que va a ahorrar el 10 por ciento de esos ingresos, o sea 12 dólares, lo cual implica que usted va a consumir 108, que es más que su salario, pero menos que sus ingresos. 

Como el ahorro se mide restando el consumo del ingreso, el cálculo correcto del ahorro es 12, que es el 10 por ciento de su ingreso. Si usted resta el consumo del PIB que usted produjo, el resultado es menos 8, un ahorro negativo. Este resultado es erróneo. Da la impresión de que usted está des-ahorrando, lo cual no es cierto. Usted está ahorrando 12. 

Las personas que mantienen que el ahorro es negativo, explican que al des-ahorrar, la gente se endeuda. Esto es una invención sobre una mala interpretación. Imagínese usted a un señor diciéndole con gran severidad: “Usted está mal porque se está endeudando en 8 dólares por año”, cuando usted sabe que está ahorrando 12 y que los tiene en el banco o en la repisa. Usted pensaría que el señor no entiende las cuentas nacionales. 

La posibilidad de este error se descubrió cuando se inventaron las cuentas nacionales. Para evitarlo el Banco Mundial mide el ahorro como el ahorro bruto, que define como el ingreso nacional bruto menos el consumo total, más las transferencias netas (que son las remesas). Medido de esta forma correcta, el ahorro bruto de El Salvador fue de 9.4 por ciento en 2014. Si se mide incorrectamente, restando el consumo de la producción, no el ingreso, es menos 4.3 por ciento. 

El segundo punto, decir que las remesas no generan inversión, es absurdo. Equivale a ignorar que las remesas, al gastarse, generan ventas, producción local y por lo tanto inversión. Imagine usted que antes no recibía remesas y ganaba sus 100 dólares. Usted demandaba 100 dólares en el mercado local, y que lo demandaba todo en camisas para simplificar. Asuma que las fabricas de camisas estaban produciendo a plena capacidad, de tal modo que no podían producir una camisa más. Ahora comienza a recibir las remesas y gasta 8 dólares más en camisas.

Para aprovechar su nueva demanda, el productor de camisas invertiría en nuevas máquinas. Es decir, como cualquier estudiante sabe, o debe saber, la demanda por consumo es la base de las decisiones de invertir. Nadie invierte nada si no hay demanda, y el consumo es parte de la demanda. 

Habiendo comprendido el porqué la demanda adicional por consumo de camisas de la persona que recibe las remesas lleva a los fabricantes de camisas a invertir en máquinas para producir camisas, usted puede ahora olvidarse de una economía tan sencilla y darse cuenta de que las remesas aumentan la demanda de prácticamente todo, por centros comerciales, por transporte, por comida, por casas por y muchas otras cosas. 

Es muy común también hablar mal de las remesas, como si fueran una vergüenza por la que solo países muy primitivos han pasado. Usted se sorprendería quizás al saber que España, Irlanda, Italia y Turquía dependieron por varios años de remesas que enviaban sus ciudadanos que habían ido a trabajar a los países de Europa del norte. 

*Máster en Economía,
Northwestern University.
Columnista de El Diario de Hoy.