El Salvador y su democracia del futuro

También los inversionistas tradicionales se han dado cuenta que la paz y justicia social permiten continuar haciendo negocios, que la RSE da frutos en el corto, mediano y largo plazo

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elsalvador.com

Por Carlos E. Mena Guerra*

2015-09-09 8:22:00

Tal como se acostumbra en los análisis económicos, para establecimiento de teorías generales, fijar ciertos supuestos fundamentales sobre los cuales se sustentan dichas teorías, doy inicio al desarrollo de este artículo estableciendo estos supuestos internos fundamentales: 1. Que la sociedad civil tomará mayores fuerzas en la denuncia de abusos políticos y la lucha contra “la gran corrupción”. 2. Que la ciudadanía votante se dará cuenta de la necesidad y bondades de la alternancia en el poder, particularmente del Órgano Ejecutivo, así como equilibrio en el Parlamento. 3. Que el lenguaje revolucionario e ideológico mercantilista de izquierda y el fomento de lucha de clases, se agotan a medida que sus líderes se hacen burgueses. 4. Que la derecha política y económica ha aprendido la lección, tras el gran susto socialismo del Siglo XXI, y se acomode a un modelo de programas sociales robustos y permanentes.

Bajo los supuestos anteriores, me atrevo a predecir que en los próximos cinco años veremos que la democracia salvadoreña se fortalecerá: comenzando con la elección de los próximos magistrados para la Sala de lo Constitucional en 2018, serán elegidos abogados merecedores de sus cargos e independientes, muestra de ello es la actual elección (aún en proceso) de cinco magistrados en este mes de agosto 2015, a todas luces la mayoría cumple con los requisitos de ley, salvo algunos vicios de elección partidaria.

Se tendrá también a un nuevo fiscal, honrando su cargo, independiente, revestido de solvencia moral, respetado, maduro y aplicador de justicia con calidad, él resolverá casos de corrupción que contribuirán a sanear la política nacional. La renovación de diputados de nueva generación permitirá ver “votaciones de conciencia” más frecuentes, en favor de transparentar y limpiar la reputación legislativa. Se verá un nuevo Presidente de derecha moderada, honorable, no corrupto, con vistos de estadista, salido de la clase media, educado, con mayor conciencia social y liderazgo de nueva generación, este presidente mejorará las grandes cuentas nacionales, reduciendo el déficit fiscal y la deuda externa.

La economía del país crecerá, la inversión interna aumentará, mejorará la recaudación fiscal, habrá incremento de puestos de trabajo, se mejorará la curricular técnica educativa que dará frutos en el mediano plazo, la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) tomará mayores y mejores brillos, llegando a todos los rincones del país. Tendremos mayor paz social.

Para entonces el principal partido de izquierda se ha dado cuenta que ser empresario y hacer negocios limpios y rentables no es cosa fácil, a pesar de haber incursionado en el mundo de los negocios, subsidiado por un gobierno extranjero. Es más fácil criticar que hacer. También los inversionistas tradicionales se han dado cuenta que la paz y justicia social permiten continuar haciendo negocios, que la RSE da frutos en el corto, mediano y largo plazo, que comunidades con trabajo y suficientes recursos no se dejan engañar con promesas utópicas, ni caen en la delincuencia.

Preparémonos y contribuyamos para vivir en un El Salvador con una democracia fuerte y justa.

*Colaborador de El Diario de Hoy.