Urge un CICIES, y ???si nada debes, nada temes???

Sería bueno saber de dónde sacan los efemelenistas-comunistas que la palabra “corrupción” cambia su significado de un país a otro, porque alegan que Guatemala necesitaba un CICIG por ser diferente a El Salvador

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La fiscal general de Guatemala, Thelma Aldana, señaló que el aporte de los medios ha sido importante en las investigaciones contra la corrupción

/ Foto Por Esteban Biba

Por Evangelina del Pilar de Sol*

2015-09-12 7:09:00

Con las redes sociales comunicándose por todos los ámbitos salvadoreños, ya no hay quién detenga a la ciudadanía unirse para exigir desenmascarar la corrupción y eficazmente combatir la criminalidad. 

Dos mil firmas fueron recogidas en la triunfal concentración en el Redondel Beethoven contra tales lacras. Los discursos se centraron en ellas, pidiendo a políticos o integrantes partidarios abstenerse de asistir para evitar tintes políticos. Unos llegaron alegando derecho ciudadano. Pero el resultado como primera concentración fue exitoso por el cortísimo tiempo de organización mediante redes sociales.

Similar está ocurriendo en muchísimos otros países latinoamericanos, con poblaciones desesperadamente agobiadas por la corrupción. 
Pero el FMLN montó otra aglutinación a pocas cuadras –totalmente política– para contrarrestar la voz ciudadana, habiendo enviado al Beethoven agitadores comunistas ¿Por qué?

Esto no sucedió a su reunión.

Se pedía un CICIES conformado por investigadores internacionales para asegurar justo arbitrio al indagar tantos actos de corrupción de ahora y años atrás. 

Pero la cúpula marxista efemelenista repudia un CICIES. ¿Por qué?

Don Medardo González –(comunista-chavista/maduro/castrista)–, jefe de fracción del FMLN, defiende sórdidamente la “transparencia” de funcionarios gubernamentales, cuando toda su fracción en la Asamblea amparó –“a morir”– el inexplicable repentino enriquecimiento del entonces presidente legislativo Sigfrido Reyes, rechazando investigarlo. ¿Y qué de la igualmente capitalista-burguesa prosperidad acaudalada del Funes-to expresidente? ¿O de la construcción palaciega en Altamira –según vecinos tutelada por él–, que sería su vivienda posterior “alquilada”, finalizado su período? ¿Y qué de otras supuestamente adquiridas? ¿Y qué de la confiscación de videos de comercios que filmaron el aparatoso accidente del ferrari? ¿Y de la rumorada imputación que Saca le allanó el camino a la presidencia, para supuestamente evitar Saca investigaciones de múltiples señalamientos de corrupciones tan evidentes como su opulenta mansión en Escalón? Pero aún la peor “transparencia” de don Medardo: premiar al susodicho Sigfrido con el posiblemente más jugoso cargo gubernamental, PROESA, que además del “sueldazo” de $7,000°° mensuales más viáticos, facilita beneficiar a cualquier pícaro mediante sobornos desvergonzados de voraces inversionistas, que siempre sobran. 

Don Medardo dice: “En el Salvador ‘no pueden’ acusar al presidente, vicepresidente, funcionarios de corrupción, porque el gobierno es muy transparente”. Tal vez no conoce, por una posible carencia académica –elemental para desempeñar cargos estatales– que en la Ciencia del Lenguaje existen caracteres de sentencias breves llamadas “refranes”, cuyo uso transmite una enseñanza que mueve a la reflexión con finalidad ilustrativa. En este caso puede aplicarse el de “hechor y consentidor pecan igual”, recordando que fueron los diputados efemelenistas que objetaron investigar la procedencia del aparente peculado que convirtiera a Sigfrido Reyes en potentado terrateniente, siendo también el presidente Sánchez Cerén quién lo nombró en PROESA.

Con el CICIG en Guatemala, asistiendo a una excelente fiscal, se logró desbaratar la terrible corruptela del expresidente y exvicepresidenta. 
Ahora bien, “si nada debes, nada temes”. Entonces la “transparencia” gubernamental efemelenista no amerita su terror a un CICIES. 

Sería bueno saber de dónde sacan los efemelenistas-comunistas que la palabra “corrupción” cambia su significado de un país a otro, porque alegan que Guatemala necesitaba un CICIG por ser diferente a El Salvador. Un analista izquierdista expresó que la diferencia la demostraba su gran población indígena, inexistente aquí. ¿Pretendió sugerir que la mayoría indígena -¿ignorante?- elige corruptos, y aquí –¿sabios?– sin indígenas, elegimos autoridades “transparentes”? Pero entonces se le desmoronan sus trillados “20 años de ARENA”.
 
Corrupción, hoy, ayer, mañana, es igual aquí que en la cochinchina señores.
 
* Columnista de El Diario de Hoy. Autora del libro “Al filo de mi pluma”.