Una breve Primavera árabe

Expertos saben que al-Asad será derrocado, pero la pregunta es ¿cuándo?

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elsalvador.com

Por Ricardo Esmahan*

2015-09-14 9:08:00

La crisis migratoria europea, cobró la vida de un niño kurdo de 3 años de edad, ahogado en una playa de Turquía; las imágenes de su cuerpo inerte conmovieron al mundo entero, retratando un desesperado intento de huir de la guerra en Siria.

Tras soportar décadas de autoritarismo, los pueblos de varios países de Medio Oriente, alzaron sus voces y derrocaron uno a uno esos gobiernos, en lo que el mundo conoció como la Primavera árabe.

En Egipto y Túnez las revueltas fueron rápidas y decisivas, en Libia las protestas desataron una corta guerra civil que culminó con la ejecución de Gadafi. Siria es otra historia, Hafez, el padre del presidente Bashar al- Asad, gobernó el país por 30 años durante los cuales modernizó a costa de una brutal represión. Al morir su padre, Bashar asumió el poder en el 2000, dando señales de ser un mandatario diferente; pero la luna de miel no duró mucho, a las primeras señales de disidencia, Bashar al-Asad restringió la libertad de expresión y dejó en claro que la democracia no estaba en sus planes.

Tuvieron que pasar otros 12 años de represión para que miles de sirios salieran a las calles a exigir reformas, al ejemplo de egipcios y tunecinos. En principio la respuesta del Gobierno de al-Asad fue conciliadora, pero la represión se profundizó y las protestas se multiplicaron. El ejército sirio respondió disparando a manifestantes, cientos murieron y miles más fueron arrestados. La posibilidad de una solución pacifica murió con los manifestantes. No tardaron en aparecer pequeños grupos de rebeldes alzados en armas y desde entonces, Gobierno y rebeldes se han enfrascado en un conflicto que ha cobrado más de sesenta mil vidas en los primeros dos años.

Las raíces del conflicto sirio datan de años posteriores al final de la Primera Guerra Mundial; cuando franceses e ingleses, de manera imperial fijaron las fronteras en el Oriente Medio, agrupando territorialmente a sus antojos a diferentes etnias y religiones; una de ellas, la secta musulmana de los Alauitas que se hizo del poder desde los 70’s, pese a representar sólo un 12% de la población, con el aval de occidente y la justificación de mantener al país sin extremismos. Los al-Asad favorecieron su secta, aplastando a todos aquellos que los desafiaron.

El conflicto sirio ha sido prolongado, y desde que escaló la guerra se supo que esta sería larga, pese a que los grupos rebeldes eran pocos, mal armados y desunidos; lo único en común que les fortalecía, era el profundo odio a al-Asad. Con el tiempo, los rebeldes aumentaron en efectivos y armamento, pero no suficiente como para derrotar al Gobierno, el cual recibe ayuda de Irán, Rusia y Hezbolá. A esto se suma que muchos rebeldes han abusado y asesinado a civiles en nombre de la revolución, lo que ha llevado a los sirios a preguntarse si el remedio no es peor que la enfermedad.

La ONU, Estados Unidos o Europa no intervienen decididamente en este conflicto, principalmente porque Rusia y China han bloqueado multilateralmente cualquier sanción contra al-Assad. A su interés en Siria, hay que agregar que no se visualiza que la Primavera árabe traiga seguridad o estabilidad en la región.

Estados Unidos, pese a no tener referente ideológico interno, después de confirmar que al-Asad utilizo armas químicas, la Casa Blanca anuncio que entregará armamento a los rebeldes.

Expertos  saben que al-Asad será derrocado, pero la pregunta es ¿cuándo? Aunque los principales grupos rebeldes han firmado una alianza, esta se podría romperse después que derroquen a al-Asad. La lucha por el poder podría llevar a una nueva guerra civil.

* Colaborador de El Diario de Hoy.
resmahan@hotmail.com