La implacable ley de la acción y la reacción

Vivir con serenidad y paz es un arte. La clave es vivir de manera consciente, eligiendo siempre la mejor opción, incluso ante los peores acontecimientos

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Diputados de la Comisión Política no lograron acuerdos sobre elección CSJ el jueves pasado en la plenaria. foto edh / archivo

Por Marvin Galeas *

2015-08-19 8:47:00

La literatura de superación personal  se fundamenta en un principio: “si quieres conseguir el resultado que te propones como meta, tienes que ejecutar la acción  que produzca ese resultado”.

Las palabras que  utilizan los  autores de este género, tan en boga en estos tiempos, son diversas. Hay quienes hablan de vivir una vida con propósito, otros de mantener siempre pensamientos positivos que precedan a realizar acciones positivas y, la mayoría, habla de construir la vida que uno quiere haciendo un plan el cual hay que seguir con fe, perseverancia y confianza en Dios.

En este tipo de libros, como ya lo he mencionado antes, hay mucho de charlatanería y  plagio. Pero también hay autores excelentes que han ayudado a cambiar la vida de millones de personas.  Tengo un método para distinguir entre los que verdaderamente son auténticos y los farsantes.

Cuando un título me interesa, reviso un poco la biografía del autor (supongo que todos lo hacemos) pero me aseguro además de saber quiénes son sus clientes  o  lo que dicen terceros creíbles sobre él.  De esta manera entre mis favoritos se encuentran Robin Sharma, Stephen Covey, Napoleón Hill, Victor Hansen y Jack Canfield, Dale Carnegie.  Hay algunos más pero los mencionados son los que más me han aportado cosas concretas a mi vida.

El enfoque de Robin Sharma, me parece sumamente interesante porque combina de manera muy hábil y sugerente conceptos  propios de la milenaria sabiduría oriental con los valores y la cultura occidental.  Por cierto entre sus clientes se encuentran Nike, la escuela de negocios de Harvard, la universidad de Yale, Microsoft y otros.

Sin embargo, encuentro que casi todo estos autores, incluyendo a Sharma, se enfocan  en lo que hay que hacer para tener una vida más plena.  Es decir, en realizar la acción que precede a la reacción, o tomar la decisión correcta que lleva a resultados correctos. Pero muy poco nos dicen que la acción y su reacción, el hecho y la consecuencia, la causa y el efecto o como prefiera llamarle, es una ley que ocurre  independientemente de nuestra voluntad.

Es decir que lo decidamos o no, siempre estamos haciendo algo (incluso aparentemente no haciendo nada) Cada día, en cada momento estamos generando un resultado. Y es la suma de esos resultados lo que determina nuestra calidad de vida. 

Aunque decidamos no hacer mal a ninguno, quedarnos callados,  no meternos con nadie  estamos de hecho produciendo una reacción que puede no ser buena.  Por eso a veces escuchamos a ciertas personas decir, cosas como “no sé por qué me va tan mal, si yo no me meto con nadie”.  Lo que ocurre es que nadie puede escapar a la ley de la acción y reacción, como nadie puede escapar a la ley de la gravedad.

Es evidente que si tomamos la decisión de comer saludable, ejercitarse y dedicar unos minutos a la reflexión,  nuestra calidad de vida mejorará en todo sentido. Pero no es tan evidente que comer cualquier cosa, sentarse a ver televisión por horas  y no meditar un poco sobre la vida, nos llevará a resultados desastrosos.

El solo hecho de no alimentarnos de manera adecuada puede llevarnos a enfermedades graves e incluso a una muerte temprana. No es mala suerte. Es el efecto de una causa. Por tal razón es importante vivir la vida con mucha conciencia en cada momento. La mayoría de errores que cometemos y nos llevan a malos resultados, ocurre cuando actuamos de manera reactiva, distraída o pasiva.

Vivir con serenidad y paz es un arte. La clave es vivir de manera consciente, eligiendo siempre la mejor opción, incluso ante los peores acontecimientos. Lo único que lamento, en estos momentos, es no haber aprendido esta lección hace muchos años. Pero nunca es tarde.
 Algo que todas las personas deben saber desde niños, se debería incluso enseñar en las escuelas y por sus padres,  es que independientemente de donde hayamos nacido y en qué condiciones, nadie escapa de la ley de la acción y reacción. La buena noticia es que mucho de lo que pasa en nuestras vidas depende de nuestras acciones conscientes.

* Columnista de El Diario de Hoy. marvingaleasp@hotmail.com