Es la pregunta que pasa por mi mente cada vez que leo en las noticias la historia de un nuevo ataque a la población civil, judicial, policial o militar por parte de los grupos terroristas, mal llamados maras. Este ultimo atentado a un hotel capitalino, haciendo uso de una granada de mano, responde a gritos nuevamente la pregunta, de si debería el gobierno clasificarlos como organizaciones terroristas. La respuesta es y ha sido obvia desde hace mas de diez años, lo que le ha faltado es carácter a nuestras autoridades para llamar las cosas por su nombre.
Hace pocas semanas, el Departamento de Estado de la Unión Americana, decidió incluir a El Salvador, entre los países inseguros para viajar, recomendando así a sus ciudadanos abstenerse de visitar nuestra patria. Desafortunadamente en dicho momento, vimos a nuestras autoridades nuevamente tomar las cosas por el lado equivocado, expresando su descontento con la medida y casi reclamar al gobierno americano por proteger a sus ciudadanos. Espero que ante este ataque, con un artefacto de uso militar, a un hotel donde regularmente se hospedan norteamericanos, entienda nuestro gobierno el porqué de dicha advertencia. Los gobiernos responsables como pudimos ver, actúan de manera preventiva para proteger a sus ciudadanos, no reactiva como aquí es costumbre.
También recuerdo cómo el señor Hato Hasbún dijo hace unos meses ante cámaras de televisión, que casi todo lo que venía a recomendar el exalcalde Gulliani ya estaba siendo ejecutado por la policía y el aparato de seguridad, casi insinuando que estaban demás las recomendaciones. Menos ego y más humildad quizás fueran una mejor receta, puesto que al juzgar por la violencia que solo ha arreciado desde aquellas declaraciones, difícil concluir que el plan que es ejecutado tiene algo de similar con lo recomendado.
El gobierno infelizmente comete una y otra vez el mismo error, politiza el tema de seguridad. Cualquier consejo, recomendación o similar, lo considera un ataque de la oposición disfrazado de legítima preocupación, perdiendo así la oportunidad de ganar aliados en la lucha contra la delincuencia. Se aísla de otros actores importantes de la vida nacional, y recurre al uso indiscriminado del presupuesto de publicidad, para vender un supuesto buen vivir.
Por otra parte no podemos descartar la posibilidad que este atentado sea un intento de los grupos terroristas para presionar al Ejecutivo a negociar una nueva tregua; el atacar un hotel de prestigio ubicado en una zona exclusiva, podría suponer una jugada orientada a pactar beneficios, producto de la presión de una parte de la sociedad civil. Si este es el caso, los grupos terroristas deben saber que están equivocados, los salvadoreños decentes apoyamos a nuestras autoridades, y aunque tengamos ideologías distintas, ante la tarea de enfrentar el terrorismo, estamos todos de un mismo lado.
Si algo vamos a pedir como sociedad en respuesta a los ataques, son penas más duras, refuerzo y ejecución de los presupuestos con que cuenta la policía, centros penales, fiscalía y ejercito, mayor capacitación de los elementos para el combate a la operatividad terrorista. El gobierno cuenta con el apoyo de la población honrada para decretar el estado de excepción en zonas de alta peligrosidad, así como también la restricción de todo tipo de visitas a centros penales y cualquier medida que vaya encaminada a detener la violencia.
Señores del gobierno y partidos en general, por favor saquen de su agenda politica el tema seguridad, busquen consensos de forma inmediata, aprueben a nivel legislativo las medidas necesarias, comenzando por catalogar a las maras como organizaciones terroristas. Ningún esfuerzo de atracción de inversión, reactivación económica, fortalecimiento del sistema educativo o de salud brindaráa frutos, mientras las organizaciones terroristas controlen buena parte del territorio nacional. Ya es hora, que por primera vez en nuestra historia, juntos trabajemos por alcanzar la paz.
*Colaborador de El Diario de Hoy.