Sin sociedad civil no hay democracia

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elsalvador.com

Por Carlos Sánchez Berzain

2015-06-12 5:00:00

La realidad evidencia la estrategia de los gobiernos del socialismo del Siglo XXI de disfrazarse de democracias. La acción natural de los gobiernos no democráticos consiste en el control total del Estado, y desde el Estado, en la invasión de los espacios que conforman la sociedad civil, para reducirlos a su mínima expresión, suplantarlos, subordinarlos, manipularlos e incluso destruirlos. El acotamiento y control de la sociedad civil es tarea diaria de los regímenes dictatoriales.

La sociedad civil está conformada por el “conjunto de organizaciones diversas que mantienen su independencia del Estado”. Se trata de “todo lo que no es Estado”. Son los ciudadanos “actuando para tomar decisiones en el ámbito público que considera a todo individuo que se halla fuera de las estructuras gubernamentales”. La sociedad civil es diversa, independiente del Estado, está integrada por los sindicatos, iglesias, organizaciones no gubernamentales, asociaciones de ciudadanos, organizaciones sin fines de lucro, asociaciones de empresarios, colegios profesionales, organizaciones vecinales, deportivas, culturales y por todos los grupos sociales que se unen para luchar por sus derechos, principios, valores y cuestiones de interés común. 

Alan Touraine ha demostrado que la sociedad civil “es un prerrequisito para la democracia”, que es “la condición primera de la democracia, ya que la separación de la sociedad civil y el Estado es la que permite la creación del sistema político”. La sociedad civil es fundamento y expresión de “libertad”, por eso para un gobierno que se apropia del Estado indefinidamente, la sociedad civil es el enemigo principal. Desde el Estado se ataca a la sociedad civil violando los derechos fundamentales, suprimiendo la libertad, se falsifica la voluntad popular y se extingue el Estado de Derecho, se controla todos los poderes públicos para desaparecer el sistema de frenos y contrapesos.

Cuando un gobierno copa, interfiere, subordina, interviene, reduce o destruye las organizaciones de la sociedad civil, ya sea por medio de disposiciones estatales legales, regulatorias, intervenciones violentas, persecución, enjuiciamientos y exilio de líderes sociales, cívicos, sindicales, religiosos o civiles, estamos ante acciones de destrucción de la sociedad civil. Cuanto más se debilita la sociedad civil, hay más espacio para el abuso, la corrupción y la impunidad. Los gobiernos del socialismo del Siglo XXI están derrotados en la simulación de seguir actuando bajo apariencia de democracias, porque más allá de la propaganda y de la temporal indiferencia o complicidad de gobiernos con democracia, lo que no pueden hacer es mostrar al mundo que en sus países existe sociedad civil, libre, independiente y fuerte. Son reconocidos como dictaduras porque “sin sociedad civil no hay democracia”. [©FIRMAS PRESS].

*Abogado y Politólogo. 

Director del Interamerican 

Institute for Democracy