Harry, el sucio

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elsalvador.com

Por Marvin Galeas

2015-06-17 6:00:00

Uno de mis héroes es Clint Eastwood. Lo admiro por sus películas, pero sobre todo por su actitud ante la vida. Él, junto a personas tan dispares como Mick Jagger, Muhammad Alí, Napoleón Hill, Steve Jobs,Tina Turner, Michael Jordan y unos pocos más, son mis puntos de referencia terrenales para hacer realidad mis sueños y vivir la vida que quiero. 

¿Cómo no admirar al líder de “The Rolling Stones”, si es capaz, a sus casi 70 años, de mantener en un estadio cantando y bailando por más de dos horas a millares de personas? Jagger muestra en el escenario una energía de adolescente a la edad cuando mucha gente ya está retirada viendo pasar los últimos días de sus vidas desde una silla mecedora.

Hay que ver a Tina Turner, quien con más de setenta sigue haciendo una memorable interpretación de Proud Mary, moviendo unas torneadas piernas con una vitalidad que ya quisieran sus delgadas coristas de apenas 20. 

Alí me impresionaba por su carisma, su perseverancia y su pasión. Cuando ya todos lo consideraban acabado tras la derrota frente a Ken Norton en 1971, reapareció en el 74 más fuerte que nunca para derrotar a un temible e invicto George Foreman, y volverse a coronar campeón del mundo. El boxeo sin Alí, definitivamente, ya nunca más volvió a ser lo que fue.

Napoleón Hill, entrevistó a 500 hombres que hicieron su fortuna en vida, entre ellos a Graham Bell, inventor del teléfono; King Gillete, Thomas Alva Edison, Henry Ford y otros peoneros. luego pasó varios años de su vida, uniendo los puntos comunes que tenían estos hombres y escribió varios libros sobre cómo alcanzar el éxito, incluyendo el clásico Piense y Hagase Rico. Puedo decir que la mayoría de buenos libros de autoayuda son una variante de los escritos de Hill.

Steve Jobs, enseñó a amar lo que uno hace y que nunca, hay que dormirse en los laureles. Que siempre hay que innovar. El que no se renueva está condenado al fracaso. Blackberry fue el rey de los teléfonos inteligentes durante años. Y allí se quedó estancado. Hasta que Apple le ganó la batalla por esa pasión por la innovación que le imprimió el inolvidable Steve Jobs.

No puedo borrar de mi memoria a Michael “Air” Jordan, con 40 grados de fiebre, según se supo después, jugar un partido donde anotó más de 30 puntos para que los Toros de Chicago ganaran una de sus tanta coronas, bajo su liderazgo indiscutible. Para ser el mejor jugador de la historia del basquetbol, Jordán era el primero en llegar a los entreno y el último en retirarse.

Uno de mis favoritos, como decía, es Clint Eastwood, conocido durante mucho tiempo por su personaje de Harry, el sucio. Un policía que se tomaba la ley en sus manos. Eastwood, nació en 1930 en los tiempos de la gran depresión. Le tocó una vida dura: fue albañil, obrero de la metalurgia, mozo de gasolinera, hasta que se hizo un campito menor en el mundo del cine.

Primero alcanzó notoriedad en Italia con su interpretación de vaquero rudo en Por Unos Dólares Más; Lo Bueno, Lo Malo y Lo Feo y otros spaguetti western, de la mano de Sergio Leone y la magistral música de Ennio Morricone. Luego se reinventó en los setenta como Harry, el sucio. No ganó premios. Era el rudo del cine, nada más.

Pero cuando ya no pudo, por la edad, seguir de policía rudo, se volvió a reinventar. Fue después de cumplir los sesenta años cuando este hombre comenzó su carrera de grandeza como actor, director, guionista y productor. Ha ganado, desde entonces cuatro premios Óscar. Sus obras son ya clásicas: Los imperdonables, Los Puentes de Madisson, One Million Dollar Baby, Gran Torino y otras.

A los 85 años sigue activo y dando lo mejor de sí mismo en lo que más le apasiona: el cine. Definitivamente es uno de mis puntos de referencia. Alguien que me enseña, que nunca hay retiro, que siempre hay que reinventarse y sobre todo que hay que hacer lo que uno ama con pasión, sin arrepentimientos y vivir plenamente la vida, hasta el último suspiro.

* Columnista de El Diario de Hoy. marvingaleasp@hotmail.com