No basta el Coned, debe agregarse la discusión pública

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elsalvador.com

Por Por Ricardo Chacón *

2015-05-16 7:30:00

Inger Enkvist, profesora de literatura en la universidad sueca de Lund, ha escrito varias obras relacionadas con la educación, entre otras, “La educación en peligro”, donde cuestiona por qué en Suecia ha decaído el sistema educativo, o temas más precisos como “Las claves del éxito educativo: el caso finlandés”.

Los trabajos Inger deberían ser leídos y discutidos en El Salvador, porque nuestro sistema educativo es deficiente, muy deficiente, y no forma parte de la estrategia de desarrollo del país a mediano y largo plazo; además, porque en los últimos meses hay algunos indicios, muy pequeños pero en fin indicios positivos, como es la creación del Consejo Nacional de Educación (Coned) que busca “enriquecer las políticas nacionales y contribuir con la construcción de una educación de calidad, inclusiva, universal, formadora de ciudadanía y promotora de oportunidades reales”.

Soy escéptico de este tipo de consejos. El haber convocado a más de medio centenar de personas, que formarán siete mesas técnicas de trabajo, lo hace poco eficiente; además, serán “acompañados” por la burocracia internacional radicada en el país, que no permite darle continuidad a la labor. Por si fuera poco, recientemente estas iniciativas, no pasaron de lograr alguna publicación que, de manera rimbombante, se presenta en público, pero que no trasciende en los diferentes gobiernos, amén de que tales iniciativas poco o nada hacen para enfrentar los problemas de fondo y convertirlos en tema de debate nacional que nos lleve a generar políticas públicas a mediano y largo plazo.

Pero bien, por lo menos ahora tenemos un Coned, además de poseer un ministro de Educación a tiempo completo, cosa que no tuvimos en el gobierno pasado, y ojalá este tenga el ñeque político suficiente para echar a andar políticas claras y de mediano plazo en la educación nacional.

El tema educativo va más allá de la discusión económica y financiera; no solo se trata de la falta de un presupuesto adecuado que supere el dos o tres por ciento del PIB, como ocurre en la mayoría de países decentes, sino también de plantearnos a mediano y largo plazo qué queremos hacer con nuestros jóvenes. Es más, tal como lo plantea Inger, la educación busca, además, que los ciudadanos puedan superarse y tener un mejor futuro como personas, como grupo social, o lograr integrarse al aparato productivo y crear mano de obra calificada.

La educación pretende asimismo formar personas de bien, hombres de bien, solidarios, interesados en tener una vida en sociedad mucho mejor y plena, esto implica, forjar una educación en libertad, donde haya igualdad de oportunidades.

El tema no es fácil porque esto lleva a la creación de escuelas donde “se corta” parejo, dejando de lado las diferencias y peculiaridades propias de cada individuo. Esta es una de las causas, dice Inger, que explica la decadencia de la educación sueca, país que, de por sí, tiene uno de los niveles educativos más altos en el mundo.

Como contraparte, Inger se refiere al éxito de otro de los grandes de la educación como lo es Finlandia, donde destaca el excelente nivel de sus profesores, las prácticas “tradicionales”, en oposición con las nuevas tendencias pedagógicas. La autora destaca y pone sobre la mesa de discusión pública, la necesidad de impulsar la disciplina en los alumnos y el liderazgo en los profesores, la preponderancia del método por sobre el contenido, la ejercitación de la memoria, inculcar los hábitos de lectura, así como contrarrestar la falta de exigencias a los alumnos, de sus evaluaciones y tareas, entre otros temas tratados con amplitud en su estudio, “Las claves del éxito educativo, el caso Finlandia”.

Incluso, esta autora entra de lleno a una cuestión clave en el proceso educativo, como lo es que los padres de familia, la comunidad, tengan una mayor incidencia en él; se impulsa a las personas, se promueven las competencias personales y, sobre todo, hay un ambiente de disciplina, de mucha disciplina, lo que implica leer, leer y escribir, leer, escribir y hacer buenas cuentas…

Me conformo, y eso es a lo menos que aspiraría, que el Coned someta a la discusión pública estos y otros temas, con la intención de crear y configurar políticas educativas de mediano y largo plazo que sean puestas en marcha por el ministerio de Educación.

*Editor Jefe de El Diario de Hoy.

ricardo.chacon@eldiariodehoy.com