Daño colateral

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por Por Marvin Galeas *

2015-05-13 5:00:00

Debido a múltiples peticiones de lectores, que han preguntado sobre mi próximos libro “El Oligarca Rebelde o El Mito de los 14, publico un capítulo más de este libro que pronto estará e n librerías. “Joaquín Martínez, 33 años, pequeño, moreno y pelo rizado, tenía muchos motivos para estar alegre esa mañana del 31 de octubre de 1979. Nada presagiaba tragedia. Sus hijos mayores habían salido muy bien en la escuela, el menor de ellos, un varoncito, se había recuperado de una varicela y su esposa, Alicia, había conseguido trabajo como empleada doméstica en casa de una acomodada familia. Tendrían más ingresos para sostener a sus siete hijos.

Desde hacía muchos años, Joaquín Martínez, era el motorista y amigo de don Jaime Hill Argüello, el acaudalado hombre de negocios que había cobrado notoriedad no sólo por su fortuna, sino también por su habilidad en los deportes ecuestres y en su afición a clubes nocturnos que, por ese entonces, habían en San Salvador.

Uno de los lugares favoritos de los jóvenes ricos, a principios de los años Setenta, era la discoteca “El Sapo y la Rana”. Allí solía llegar Jaime Hill, especialmente los miércoles en las primeras horas de la noche. Estaba ubicada casi frente al famoso monumento a El Salvador del Mundo. Joaquín, a petición de su jefe, entraba al bar aunque nunca tomaba licor.

Ambos se hicieron amigos del “bartender” estrella de “El Sapo y la Rana”. Era el mejor de la ciudad. Había cobrado fama por preparar un trago especial al cual había bautizado con el nombre de ” El Monumento”, se trataba de un caballito de tequila. Tenía unas gotas de naranja agria, algo de sangría, una porción de sal y era coronado por un limón descascarado y ensartado en un afilado palillo de madera. Se llamaba “El Monumento” porque el alargado vaso y el pequeño limón en la copa le daban un cierto parecido a la estatua en medio de la plaza.

La rutina de cada jueves era la misma. Jaime Hill entraba a la discoteca, echaba unas monedas en la rocola y luego, mientras comenzaba a escucharse la melodiosa voz de Frank Sinatra interpretando “Extraños en la Noche”, pedía un trago al “bartender”, cuyo nombre era difícil de olvidar: José Leoncio Pichinte. Y se hizo más difícil de olvidar todavía, cuando a finales de esa década se convirtió en uno de los dirigentes del Ejército Revolucionario del Pueblo, que, en octubre de 1979 secuestraría a Jaime Hill Argüello. Pero aquel miércoles de 1970, Pichinte, lo único que hacia era preparar buenos tragos.

Ese día, 31 de octubre de 1979, Joaquín Martínez abordó el bus que, desde Soyapango lo llevaba hasta muy cerca de la residencia de su jefe en una zona exclusiva de la ciudad. Lo esperó como siempre en el jardín, sentado frente al volante de un Mercedes Benz. Eran las nueve de la mañana cuando Jaime Hill, apareció radiante y tras saludar a Joaquín abordó el Mercedes y se dirigieron a las oficinas de la Compañía Financiera Comercial.

Pasado el almuerzo, Joaquín decidió jugar un partido de damas con uno de los vigilantes del edificio. Luego decidió echarle un ojo a la sección deportiva de los periódicos del día. Un ejecutivo de la compañía, el doctor Danilo Morataya, llamó a Joaquín para pedirle que le llevara un vaso de agua. Eran las cuatro y quince de la tarde.

De pronto la quietud se rompió cuando un desparpajo de gritos y botas irrumpió en el lugar. Joaquín Martínez apenas alcanzó a ver a un grupo de encapuchados armados con subametralladoras. Se llevó la mano a la cintura para agarrar su Magnum 3.57, pero una lluvia de balas le impactó en el cuerpo. Cayó de espaldas y murió de inmediato en medio de un charco de sangre. “Todos al piso y que nadie se mueva” gritó uno de los encapuchados.

A la mañana siguiente El Diario de Hoy relataba la tragedia: “Siete hijos ha dejado el motorista Joaquín Martínez, quien fue asesinado el 31 de octubre al final de la tarde, al producirse el secuestro de don Jaime Hill, en el local de la Compañía Financiera, en la Calle Rubén Darío de esta capital, según datos que posee la fiscalía”.

* Columnista de El Diario de Hoy. marvingaleasp@hotmail.com