El rumbo a la tiranía

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elsalvador.com

Por Por Rodrigo Molina*

2015-05-05 6:00:00

La experiencia ha mostrado que aún bajo las mejores formas de gobierno, aquellos a quienes se les ha confiado el poder, con el tiempo, y mediante lentas operaciones, lo han pervertido en tiranía. Thomas Jefferson.

–Nunca podremos evitar el abuso del poder si no estamos preparados a limitar ese poder aun cuando ocasionalmente también nos prevenga de su uso en propósitos deseables. Friedrich Hayek: Camino de Servidumbre.

Dicen que quien no conoce la historia está condenado a repetirla, y parece ser esta la realidad de nuestros pueblos, quienes a pesar de las repetidas advertencias sobre las consecuencias de la demagogia, el populismo y la concentración del poder, hacemos oídos sordos y ojos ciegos a las necesarias consecuencias de los caminos políticos en los que trotamos.

La historia nos ofrece amplia evidencia que cuando, en nombre de los derechos del pueblo, un gobierno se emprende en el desmantelamiento de la infraestructura institucional sobre la cual se edifican los derechos políticos de la ciudadanía, dicha nación se aventura inevitablemente en el rumbo a la tiranía.

Cuando vemos que nuestros gobiernos acusan a los medios de comunicación de fomentar la violencia, acusan a la oposición política de sabotear sus proyectos, acusan a la empresa privada de frenar el desarrollo, atacan la independencia judicial, compran voluntades dentro del poder legislativo, e inclusive se ven dispuestos a negociar con criminales, cuando vemos que en nuestro país pasa todo esto, somos testigos de un esfuerzo sistemático de desmantelamiento de todos los contrapesos al poder político en los cuales se fundamenta nuestra democracia liberal.

Encontrados frente a este escenario, trascendemos por necesidad lo ideológico y partidario, pues lo amenazado no es un partido político o un sector de la sociedad, sino la existencia misma de la República. No permitamos que la historia nos reclame nuestra pasividad y permisividad. Hablemos ya con la verdad, llamemos las cosas por su nombre, confrontemos los abusos de poder y las amenazas a nuestro sistema político por lo que en realidad son y defendamos ante todo la República, garante de nuestros derechos y nuestra libertad.

Al escuchar a los representantes del partido de Gobierno declarar públicamente que los magistrados de la Sala de los Constitucional de la Corte Suprema de Justicia son una amenaza con la cual hay que terminar, y que para hacerlo van a tomarse el país y poner al pueblo en pie de lucha, no podemos dudar de las pretensiones de su discurso y su maniobrar político. Por más que vistan sus acciones en la retórica de los derechos del pueblo, sus verdaderas intenciones nos llevan inconfundiblemente en el rumbo a la tiranía. Un rumbo del cual con cada paso se vuelve más difícil retornar.

Avanzar hacia la prosperidad, la seguridad, la justicia y la libertad será posible únicamente mediante el fortalecimiento de un Estado de Derecho. Aquellos que buscan trastocar el marco constitucional que da vida a nuestro sistema democrático y republicano lo hacen con la ambición del control total sobre el Estado y la sociedad, no con el bienestar del pueblo en mente. La lucha por defender nuestra República y los derechos políticos de la ciudadanía es la misma lucha por avanzar la prosperidad y el bienestar de nuestro pueblo.

Es momento ya de marcar la línea en la arena y frenar las pretensiones de poder que nos llevan en el rumbo a la tiranía.

*Colaborador de El Diario de Hoy.