Políticas públicas ante el cambio climático

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Jonathan Javier Philipe de Alianza hace una "chilena" en el partido contra ??guila.

/ Foto Por Marlon Hernández

Por Por Ricardo Esmahan*

2015-03-16 5:00:00

La posibilidad de que el país enfrente una sequía durante la época de invierno de este año es una realidad que debemos afrontar. El Ministerio de Medio Ambiente pronostica que en julio y agosto podríamos estar viendo periodos secos prolongados.

Las opiniones de la comunidad científica son coincidentes en concluir que estamos ante un cambio climático global singular, en el que destaca el calentamiento general del planeta como el factor determinante de la incertidumbre climática. Lo alarmante es que estas conclusiones apuntan a que son las actividades humanas, tal como hoy se ejecutan, las responsables del calentamiento global sin precedentes.

Ante esta realidad la actividad agropecuaria debe de prepararse para valorar nuevas estrategias, que permitan enfrentar los retos del cambio climático. La evolución agrícola depende de la tecnología, su generación y transferencia, para aumentar la producción.

La agricultura consume un porcentaje importante del agua dulce que se extrae para diversos usos. Por su naturaleza la agricultura es una actividad humana de las que más consume estas fuentes de agua y en algunos casos también es responsable importante de su desperdicio.

Es una realidad que año con año vemos tanto sequías como inundaciones por regímenes de lluvias alterados. Las sequías son las más preocupantes y complejas debido a que se necesitan grandes esfuerzos para ahorrar agua y almacenarla. Es aquí donde muchos aseguran que el uso de herramientas tecnológicas, como las semillas resistentes a los efectos del cambio climático hacen la diferencia.

La experiencia nos ha demostrado que un periodo prolongado de sequía afecta sobre todo a miles de pequeños productores de maíz y frijol, quienes dejan buena parte de su cosecha para autoconsumo familiar y monetizan su inventario de acuerdo a necesidades de efectivo durante el año. Los pequeños productores afectados por sequía se vuelven demandantes del producto en plaza, lo que presiona al alza de precios de granos básicos. Lo hemos vivido recientemente y no es por acaparamiento.

Estudios oficiales indican que el país no está aprovechando adecuadamente su potencial de área bajo riego para la producción de alimentos. De acuerdo con la FAO, El Salvador tiene aproximadamente 273,535 mil hectáreas con potencial de riego, de las cuales sólo estamos aprovechando con ese sistema el 16% (45,000 mil hectáreas), siendo un índice de bajo aprovechamiento de tierras.

Es urgente implementar una política pública que dinamice la producción de alimentos bajo riego y que su potencial productivo se utilice para incrementar las cosechas. El Ministerio de Agricultura está llamado a aportar a estos esquemas productivos de recursos humanos y financieros para fortalecer la asistencia técnica y la capacitación bajo un programa de cultivo bajo riego y el fomento de la diversificación agrícola.

Se habla que para este año se tiene presupuestado invertir siete millones de dólares para habilitar nuevos pozos en los distritos de riego ¡enhorabuena!, por algo tenemos que empezar. Lo anterior debe ir acompañado de un compromiso por parte de las asociaciones de regantes para hacer producir las tierras e invertir.

Cada año el clima presenta cambios más adversos, la complejidad de las interrelaciones entre los cambios ambientales y la producción agrícola se convertirá en uno de los temas de política pública más significativos. El cambio climático global y regional modificará la capacidad de producción de la agricultura.

El calentamiento global es inequívoco, dada la evidencia observada en los incrementos en el promedio de las temperaturas de la atmósfera y de los océanos, el derretimiento permanente del hielo de los polos. Debemos de ser más conscientes que el agua es estratégica para la vida y para la actividad económica que sustenta la vida en El Salvador.

*Colaborador de El Diario de Hoy.e siento en el barrio Santa Anita: “En esta esquina, desde la tierra de las gaitas y las arepas, con doscientos kilos y carácter explosivo, ¡el gran pana Nico! Y en la ooootra, desde la cuna del rock & roll y las hamburguesas, con ochenta kilos y carácter conciliador, ¡el sereno moreno uncle Sam”!

Todo inició cuando el pana Nico, con el afán de levantar senda cortina de humo para opacar su creciente rechazo, decide expulsar a varios empleados del tío Sam de Caracas.

“Yankees con tufo a azufre go home” y, como Nico por su casa, continúa silenciando medios opositores, metiendo al bote a alcaldes golpistas, y armando su tamal para cancelar las elecciones legislativas programadas para fin de año.

Podrá tener cojones el pana Nico, pero a su pueblo le faltan los huevos, la leche, el papel “palin” y la carnita de cuatro patas.

Este saperoco le tiene sin cuidado a los panas de Nico, y al igual que a los cheros de nuestro profe, se la pasan galán, vagando por el mundo y comprando bienes raíces.

El tío moreno, pierde lo sereno, y acusa a Nico de ser una amenaza para la seguridad de God Bless America. Se le cruza por la mente aplicarle, la que Bush le aplicó al panameño cara de piña, pero mejor respira hondo pues Nico, al igual que los chompipes, así como va, no llega a “Thanksgiving”.

Colorado, colorado se pone el pana al escuchar la amenaza del tío, y le sube volumen a su caja de lustre, en contra del imperialismo, enemigo de la paz y la soberanía de Bolivarlandia.

Y dice aplicar capítulos del manual que le regaló el cipote Kim en Pyongyang: Ejercicios militares frente a las cámaras; lavarle el coco a los chamos para que alaben a su líder supremo.

Al tío Sam le tiene sin cuidado el show de Nico, total, ahora con el fracking, ya no necesita el oro negro de Maracaibo. ¿Para qué seguirle el pleito al último gorila que queda en su jardín trasero, si hay tanto huevo que resolver?

Último gorila, pues con los Castro brothers ya fuman la pipa de la paz, mientras planean la chonguenga de reapertura de sus mutuas embajadas, antes de la cumbre de abril en Panamá.

Castro Jr. lo tiene claro: El que al árbol del norte se arrima, buena sombra le cobija. Solo basta con sacudir un poco sus ramas para que inicie el flujo de inversión, las avionadas de turistas, las camionadas de cemento, las tacuazinas de carros nuevos con autopistas qué estrenar, las planchadera de la tarjeta de crédito con total libertad.

El profe no lo tiene claro. Díganme con quién anda y les diré quién es. El que todavía lo dude, que lea el primer párrafo del comunicado de solidaridad con Nico que publicó el miércoles 11 en estas páginas. ¿Por qué le soba la leva al pana, profe?

Nico no le da trabajo a los millones de cheros que no lo encuentran en su tierra. Sam sí. Nico no lleva 10 años extendiéndoles la magnífica para que puedan trabajar. Sam sí. Del árbol seco del sur no llega ni un cinco en remesas. Del árbol frondoso del norte llegan 4 mil millones. Los frutos de la plata que regala Nico, no son saboreados por el pueblo. Los Fomilenios de Sam sí. “¡Ubícáte Chamba!”, grita la lorita Pepita.

“Wake up profe” advierte el tío Sam. “Te perdoné por quemar los sagrados stars & stripes, pero no perdonar que me andés quemando la pata con Nico. Bad Boy”.

“Mejor vea cómo hace para frenar la barbarie, respete la decisión de vivir en libertad de su pueblo y, de paso, dele en la nuca al asueto sin sentido del 26”, suplica este escritor.

*Colaborador de El Diario de Hoy,

calinalfaro@alfaro.com