Entre el caos y la desidia

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La jornada médica sirvió para generar conciencia sobre la importancia de la prueba.

Por Por Teresa Guevara de López*

2015-03-14 7:30:00

¿Hasta dónde estos funcionarios serán capaces de llegar y nosotros de aguantar? El interminable proceso electoral tiene tantos chanchullos, encubrimientos y fraudes, que ante la imposibilidad de comentarlos en detalle, únicamente queda hacer una indigesta sopa de letras, que tal vez nos anime a salir de esta peligrosa desidia, como legítimamente calificara Manuel Enrique Hinds a la reinante pasividad ciudadana.

Julio Olivo antes de las elecciones, ofreció recortar drásticamente el elevado presupuesto del TSE. Contrató Power-Rangers y Ninjas para luego del fracaso, culpar a todo bicho viviente, de boicot, sabotaje y robo, sin prueba alguna. Aunque su plan de austeridad incluyó la contratación de 3 prestigiosos hoteles para albergar y proteger a los encargados del recuento de los votos. Su discriminatoria actitud con la prensa es reprochable, y peor aún su comentario “que no sabe qué medios son de izquierda”. ¿Y él, dónde está, pues? Y desoyendo el legítimo clamor ciudadano exigiendo su renuncia, se aferra al cargo que evidentemente disfruta.

Absurdo responsabilizar a la Sala de lo Constitucional por los problemas del voto cruzado, cuando los culpables son los diputados de la Asamblea, cuya obligación era legislar sobre la aplicación del mismo, y como les cuesta pensar y no están acostumbrados a trabajar duro, tranquilamente le tiraron la pelota al TSE, evidentemente más incapaz.

Al TSE y su presidente no les interesaba que funcionara el voto cruzado, para obedecer el mandato del FMLN ordenando votar por bandera para mantener su inamovible bancada. La pobre campaña para ejercer el sufragio bajo la nueva modalidad, demostraba que su objetivo era confundir a la gente. ¿Cuál era el mensaje de la foto del grupo de ciudadanos elevando un dedo manchado? ¿Un nuevo estilo de mala seña?

El TSE debió impartir una seria inducción a los miembros de las juntas y vigilantes, sobre la manera de contabilizar los votos, y su obligación de exigir que los miembros de la misma, permanecieran durante toda la jornada para evitar el voto doble o en diferente municipio, que parece haber sido común en estas elecciones.

El sospechoso rechazo del Frente y de su apéndice GANA de abrir las cajas con actas irregulares, para asegurarse que se ha cumplido la voluntad soberana, demuestra que no les interesa la transparencia. Y la hipócrita justificación de Sigfrido Reyes y Lorena Peña, de cumplir estrictamente la ley, suena a burla, cuando han violado cuantas leyes les han estorbado, y no parece interesarles castigar delitos electorales.

La coalición PSP, partido militar de izquierda, con Nayib fue secreta hasta un día antes de la elección, cuando un doble desplegado, color celeste, indicaba las dos maneras de votar por el candidato rojo. Curioso dato: Nayib supuestamente ganó por 2,000 votos, pero su pequeño aliado aportó 3,000.

Habrá que informar a Carlos Ruiz “Diablito” que es mala educación llegar a una entrevista de TV con su gorra con estrella roja, y falta de respeto para el entrevistador, sus compañeros panelistas y el público televidente. ¿Pretenderá presentarse así a la Asamblea, tal como presidió la mesa de honor, como alcalde de Soyapango, en la inauguración de un centro comercial de su municipio? ¿O es que el gobierno del cambio pretende imponernos un nuevo estilo basado en la vulgaridad y falta de cortesía? Esta es la imagen negativa que estamos dando al mundo, aunque no represente la realidad salvadoreña.

Debemos pensar seriamente si estamos dispuestos a seguirlo tolerando, con culpable indiferencia, o vamos a reaccionar como el pueblo que ha defendido fieramente la paz y la democracia. De todos depende.

*Columnista de El Diario de Hoy.