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Foto Por edhdep

Por Por Gina Montaner*

2015-02-14 5:00:00

Leo en Twitter un mensaje del reconocido periodista venezolano Leopoldo Castillo: “Hoy en día los periodistas tienen dos verdugos: el terrorismo y el Estado totalitario”. Y es inevitable pensar en el atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo, y en el asedio político del que está siendo víctima en Venezuela el diario digital Tal Cual.

En cuanto a la publicación francesa, con once muertos y otros tantos heridos como resultado de la masacre que perpetraron en su redacción dos terroristas yihadistas, los extremistas islámicos han ganado terreno. Aunque después del atentado la redacción sacó un número extraordinario atreviéndose a poner a Mahoma en la portada, poco después anunciaron que sus tiradas serán suspendidas temporalmente. Sin duda, el trauma de la matanza ha afectado a un equipo que hoy teme por su vida y se lo piensa dos veces antes de inmolarse en nombre de la libertad de expresión.

En lo referente al matutino Tal Cual, que comenzó a publicarse hace 15 años coincidiendo con la llegada al poder de Hugo Chávez, la dirección ha anunciado que a partir del 27 de febrero ya no saldrá todos los días. Desde que Teodoro Petkoff lo fundara, siempre tuvo claro que su diario sería independiente e informaría a las claras. O sea, tal cual. No podía esperarse menos de una figura habituada a la confrontación, desde que en su juventud fuera un guerrillero comunista para, con el paso del tiempo, evolucionar hacia una socialdemocracia alérgica a la demagogia populista.

Petkoff, que ya tiene más de 80 años y está delicado de salud, en los últimos quince años se ha enfrentado a siete demandas gubernamentales. Actualmente está bajo un proceso judicial por una supuesta difamación contra Diosdado Cabello, segundo al mando del gobierno de Nicolás Maduro. Y es que es costumbre del presidente de la Asamblea Nacional acosar a los medios críticos, tal y como ahora pretende, al descalificar a la prensa que ha divulgado las acusaciones que contra él ha lanzado el militar Leasmy Salazar. Porque ya no solo se trata de los editoriales incisivos de Petkoff. Ahora el escándalo es en torno al supuesto vínculo de Cabello con los carteles de la droga que apunta a que Venezuela es un narcoestado.

Por mucho que Cabello y el propio Maduro arremetan contra la prensa extranjera, sus tentáculos autoritarios tienen poco alcance en sociedades donde hay libertad de prensa. Sin embargo, desde la instauración del chavismo los medios venezolanos han ido perdiendo autonomía y muchos han tenido que cerrar mientras que otros se han doblegado a la censura y las presiones del gobierno.

Desde el principio Chávez se hizo el propósito de controlar los medios y ahogar a quienes no fuesen obsequiosos con su socialismo del siglo XXI. Una táctica que han secundado aliados del chavismo como Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y Cristina Fernández de Kirchner (CFK) en Argentina, donde la persecución a los medios independientes es sistemática. Sin ir más lejos, hace unos días Jorge Capitanich, jefe de gabinete de CFK, en una rueda de prensa rompió un ejemplar de Clarín y calificó de “basura” la información que este diario está publicando sobre la extraña muerte del fiscal Nisman, ocurrida en vísperas de que denunciara públicamente a la presidenta por supuestamente encubrir a Irán en el caso del atentado contra la sede de AMIA.

El chavismo ha sido incapaz de generar prosperidad, pero sí ha tenido éxito en propagar en la región un modelo autoritario cuyo enemigo es la libertad de expresión que todo lo cuestiona. Se trata de una aversión a los medios independientes que en España secunda Podemos, un partido radical de izquierdas cuya dirigencia ha tenido como mentor al desaparecido Chávez. Seducidos por la revolución bolivariana del fallecido comandante, algunos de sus líderes llegaron a vivir temporadas en Venezuela, donde precisamente asesoraron al gobierno chavista en materia de control de los medios. Y hoy, convertido en una fuerza política que aspira a llegar al poder, Podemos no pierde ocasión para arremeter contra el “imperio” de los medios privados y defender una prensa “controlada” por el Estado.

Dentro de unas semanas ya no se podrá leer cada día el periódico que con tanta dedicación ha dirigido Teodoro Petkoff. Echaremos en falta sus portadas provocadoras y la frescura de llamar a las cosas por su nombre. O sea, tal cual. A partir del 27 de febrero los venezolanos serán menos libres y el totalitarismo habrá dado un paso más. [©FIRMAS PRESS]

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