Cero tolerancia, ventanas rotas

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GRA387. ELCHE (ALICANTE), 15/01/2015.- Los jugadores del F. C. Barcelona celebran el primer gol del equipo blaugrana, durante el encuentro correspondiente a la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey, que disputan esta noche frente al Elche en el estadio ilicitano Martinez Valero. EFE / Morell. / Foto Por PO

Por Por Mauricio Vargas

2015-01-15 5:00:00

La discusión sobre la consultoría de Giuliani ha provocado varios comentarios. Queriendo contribuir con el tema, les doy mi visión desde el punto de vista de una de las tantas teorías que existen sobre seguridad, la “cero tolerancia”.

Los pensamientos de derecha como de izquierda criminalizan la pobreza y la señalan como causa de la violencia y/o del delito. No se puede aceptar que se trate el fenómeno de la pobreza de esa manera. Para los entendidos en materia de seguridad esto tiene que ver con la psicología social, cultura urbana, el comportamiento y las reglas de convivencia sociales. La teoría Giuliani de “cero tolerancia” no es mano durísimo, ni llenar las cárceles y mucho menos capturas indiscriminadas. Verlo así es incorrecto.

Tanto el desinterés y la despreocupación de los que conformamos la sociedad, son elementos que rompen códigos de convivencia, llevan a la ausencia de la ley, además de fomentar normas y reglas donde nada tiene valor.

Esta situación escala a acciones que poco a poco se vuelven incontenibles llegando a producir violencia irracional. El delito es mayor en las zonas donde la ausencia de leyes, normas, reglas, el desinterés y la despreocupación por parte del Estado están presentes. El descuido y la falta de orden son caldo de cultivo para el crimen social, y es entonces cuando comenzamos a perder nuestro entorno. Si la comunidad percibe el deterioro y a nadie le importa, si las faltas pequeñas no son sancionadas entonces comenzará a crecer el delito.

Nuestro país se encuentra agobiado por la inseguridad y esto tiene que ver con la falta de respeto a la autoridad, la corrupción en todos los niveles, la falta de educación, la falta de oportunidades y sobre todo la falta de valores. Debemos comenzar por combatir nuestra apatía a los malos comportamientos en público, a nuestra indiferencia a actos como conducir sin cinturón de seguridad, botar la basura en la calle, orinar en la vía pública, meterse en las filas. Debemos de iniciar una lucha contra el irrespeto a las normas de convivencia social.

Ordenemos nuestros entornos y mantengámoslos con belleza estética. No estamos hablando, como podría sonar, a soluciones autoritarias y represivas, ni de linchar a los delincuentes, sino que estamos hablando de vivir la promoción de mejores condiciones sociales dentro de nuestras comunidades, de que creemos comunidades limpias, ordenadas, respetuosas de la ley y de las normas básicas de convivencia. No se trata de enfrentar violencia con violencia, no es cero tolerancia frente a las personas que cometen el delito, sino a la falta y/o delito mismo.

La teoría es combatir el problema cuando aún es pequeño. Aquí está la interrogante, ni la policía comunitaria ni la teoría Giuliani caben en todos los lugares y en todas las situaciones. Guiliani es consultor, nosotros somos los que debemos de actuar.

*General.