El candidato adolescente

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Iván Mancía (izq) domina el balón, ante la marca por detrás que ejerce el escarlata Otoniel Carranza.

/ Foto Por EDH/Douglas Urquilla

Por Por Teresa Guevara de López*

2015-01-17 5:00:00

Es esperanzadora la participación de los jóvenes en política por su entusiasmo, dinamismo y capacidad para enfrentar retos, superando a los veteranos en esas lides, aunque se corra el riesgo de elegir a un adolescente, como Nayib Bukele, en la alcaldía de San Salvador.

Y no por su edad física, sino por sus actitudes y la calidad de sus propuestas, muchas que son típicas de esa etapa en que todavía no se ha alcanzado la madurez emocional “que se manifiesta en cierta estabilidad de ánimo, en la capacidad de tomar decisiones ponderadas y en el modo recto de juzgar los acontecimientos y los hombres” (Concilio Vaticano II).

1. Existe en el adolescente una distancia enorme entre el yo ideal, lo que quisiera ser, lo que sueña y lo que se imagina. Y el yo real, lo que tiene capacidad de realizar en un tiempo determinado. Nayib parece no entender, que es candidato por el FMLN a la alcaldía de S.S., para un período de tres años. Por lo que sus visitas a la OEA, y la ONU, aparte de aumentar su ego, carecen de sentido.

Cuando asegura que no busca resolver problemas pequeños y ofrece a los comerciantes de La Tiendona apoyar la producción local de plátanos, que comercializa cuatro millones al mes, y solo 10% se produce localmente, pareciera que creará un Ministerio Municipal de Agricultura, además de la Secretaría Municipal de Cultura, que promete cuadruplicar el presupuesto para ese rubro, y crear una editorial municipal.

Muchas otras grandiosas propuestas demuestran que no está consciente que aspira a la alcaldía, no a la presidencia de la República, con tres años para realizar estas mega obras, y que únicamente contará con un Concejo que lo asesore, y no un Consejo de Ministros, cuya diferencia no está únicamente en la ortografía.

2. El adolescente desconoce la virtud de la prudencia: “pensar antes de hablar y medir las consecuencias”. Nayib dice medias verdades, como aumentar el CAM en 800 agentes, que representaría aproximadamente $5 millones anuales, en salarios, uniformes, aguinaldos, equipo, según un estimado del columnista Lic. José Portillo. Y haber presumido de otorgar becas por sumas millonarias, que luego resultó ser un aporte de ALBA Petróleos y queda a futuro una fuerte suma por pagar.

En una entrevista en TV afirmó de manera contundente que el municipio de SS que aspira a gobernar, es únicamente cinco veces más grande que Nuevo Cuscatlán, por lo que multiplicando por cinco el presupuesto del pequeño municipio, tendrá suficientes recursos para mejorar el centro histórico, la seguridad, el tráfico y convertir San Salvador en una ciudad moderna y segura. Evidencia que no tiene una exacta dimensión del reto que le espera, al asegurar que cuando no se roba, alcanzan los fondos. Curiosamente los datos de las finanzas de Nuevo Cuscatlán no parecen ser muy convincentes.

3. Poca confianza inspira la candidatura de un adolescente, que tiene detrás el respaldo de su papi, para defenderlo de las críticas de sus adversarios. Circuló en las redes sociales un video de más de una hora de duración, donde don Armando Bukele defendió y alabó a su hijo, asegurando que cuando ganó la alcaldía de Nuevo Cuscatlán, éste era un pequeño municipio totalmente desconocido, y tras su exitosa gestión, hoy ha alcanzado reconocimiento internacional. Esta evidente sobrevaloración se disculpa en un papá que ha puesto sus nada despreciables recursos económicos para apoyar su candidatura, pero pone en duda la capacidad del joven para gobernar San Salvador, como primer peldaño para posibles aspiraciones presidenciales, como se rumora.

*Columnista de El Diario de Hoy.